Por José Luis Olimón Nolasco

El pasado viernes, después de una clase individualizada [con un solo estudiante] de la Unidad de Aprendizaje Filosofía Contemporánea de Hegel a Nietzsche, en la que, entre otros puntos, se abordó una de las “categorías” del “Pensamiento subjetivo” propuesto por Sören Kierkegaard: el instante —esa porción temporal insignificante en el tiempo cronológico— que para este pensador religioso danés resulta ser el que mayor significado existencial llega a tener, por su capacidad para unir no solo el pasado con el futuro, sino también el tiempo con la eternidad…

Después de esa clase —comenzaba a decir— llegué a casa con la expectativa que, probablemente, alcanzaría uno de esos instantes altamente significativos que se dan también en el mundo deportivo; concretamente, ese instante —que sí llegó— del retiro de quien ha llegado a ser considerada la mejor tenista de todos los tiempos: Serena Williams, quien, a sus 41 años, había anunciado que el Abierto de los Estados Unidos sería el torneo de su despedida, consciente que, si bien, el tiempo de los relojes pasa sin más, el reloj de la vida humana no se limita a testimoniar el paso inexorable del tiempo, sino que se va acumulando y haciendo más difíciles ciertas actividades, en especial aquellas que requieren esfuerzos físicos importantes.

En este caso, los minutos finales de ese partido de la tercera ronda del US Open, trajeron consigo la posibilidad de ver la fuerte tensión entre el esfuerzo por revertir el puntaje del tercer set contra la australiana Alja Tmoljanovic, quien, finalmente y hasta con una dosis de pesar, dejó en el marcador un contundente 6-1 en ese que sería el final de una carrera brillante; todo en ese instante en el cual el tiro de derecha de Serena se estrelló en la red de la cancha del Estadio Arthur Ashe en que el público se había hecho presente, día tras día, en espera de ese instante en el que desembocó un pasado lleno de triunfos y que, además de abrirse a un futuro en su vida, le abrió un espacio que se pudiera calificar como eterno o, al menos, de larga duración. Un instante, pues, muy “kierkergaardiano”.

Una vez que ha pasado ese instante, la atención se dirige ahora hacia quienes, en la segunda semana del último “Gran Slam” de la temporada, sigan sorteando obstáculos y llegando a disputar los trofeos, sobre todo los de “singles” que, sin duda alguna, son los que ocupan el centro de la atención.

Por lo pronto, en la rama varonil, llegaron a los octavos de final 13 de los 32 tenistas “sembrados” de acuerdo con la clasificación mundial, 6 de ellos ubicados entre los 10 mejores, entre ellos, los tres primeros: Daniil Medvedev, Rafael Nadal y Carlos Alcaraz y, en la rama femenil, 12 de las primeras 32, solo tres de ellas ubicadas entre las 10 mejores: Iga Swiatek [1], Aryna Sabalenka [6] y Jessica Pegula [8].

Siguiendo con eso del pensamiento subjetivo y los instantes altamente significativos, puedo decir que “para mí”, el segundo instante significativo de la semana deportiva anterior, fue ese en el que Max Verstappen, tras una cuarta parada para cambiar neumáticos, en la vuelta 60 de 72 al circuito de Zandvoort, rebasó, sin mayores problemas a Lewis Hamilton, para encaminarse a su novena victoria de la temporada 2022 de la Fórmula 1, con la que alcanzó 310 puntos, 109 por encima de Charles Leclerc y Sergio Pérez, quienes comparten el segundo lugar en la clasificación.

En el entorno del deporte más popular, el futbol, el torneo Apertura 2022 de la Liga MX se encamina ya —raudo y veloz— hacia la liguilla, con el América y el Monterrey a la cabeza de la clasificación con 25 puntos [los cremas con un partido menos] y con el Pachuca un solo punto abajo y con una muy buena racha. En el fondo, los Gallos del Querétaro con solo 8 puntos y, cerca de él, los Pumas y los bicampeones del Atlas con 10 y “La Máquina” del Cruz Azul —el campeón anterior— con 12.

“Del otro lado del charco” —ahí donde cada punto cuenta por tratarse de torneos largos sin liguilla— las ligas apenas empiezan y, sin embargo, ya hay algunos procesos que llaman la atención:

En La Liga, el Real Madrid y el Barcelona encabezan ya la clasificación —nada extraño— y hacen prever una disputa cerrada por el campeonato…

En La Premier League, llama la atención el buen inicio del Arsenal; el “regreso” del Manchester United a los buenos resultados; el mal inicio del Chelsea y del Liverpool y el oscilante Manchester City, con todo y sus 20 goles en seis partidos [10 de ellos de Erling Haaland].

En la Bundesliga, por su parte, llama la atención encontrar al Friburgo en el primer lugar —empatado con el Borussia Dortmund—, así como al Bayern Múnich en tercer lugar —empatado con el Unión Berlín, cuyo inicio también tiene su dosis de sorpresa.

En la Serie A de Italia, después de las cinco primeras fechas, se puede observar una lucha apretada entre cinco equipos que siguen invictos: Nápoles, Milán, Atalanta, Roma y Juventus…

En el deporte sexenal, los Sultanes de Monterrey se alzaron ya con el campeonato de la Zona Norte de la Liga Mexicana y esperan al ganador de la serie entre los Leones de Yucatán y los Diablos del México, mientras que en las Grandes Ligas, la atención se centra —además de la disputa por calificar a los “playoff”— en la posibilidad que Albert Pujol alcance los 700 cuadrangulares de por vida y supere los 696 de Alex Rodríguez, y que Aaron Judge alcance los 60 cuadrangulares en una temporada de Babe Ruth o los 61 de Roger Maris, eso sí, sin posibilidades de alcanzar los 73 de Barry Bonds, los 70 de Mark McGwire o los 66 de Sammy Sosa —esos récords sobre los que pesa la sombra del uso de estimulantes, así como el asterisco que se colocó en el récord de Maris por haber conectado 61 cuadrangulares en 162 juegos y no en 154 en que el célebre “Bambino” consiguió 60 hace casi un siglo, en 1927.

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