Por Oscar González Bonilla
“Bueno, ese pecado todavía lo sigo pagando”, expresa con resignación Rigoberto Ochoa Zaragoza.
Quise saber su opinión sobre la relación de su gobierno con los medios de comunicación, pero en particular llamó su atención el tema del periódico Realidades que asumió una posición informativa muy crítica.
Dejó entrever que la desavenencia tuvo su origen en razón de dinero, el gobierno estatal no quiso continuar con el convenio de publicidad que al periódico representaba enorme fuente de ingresos.
En contraposición a la campaña de censura a las acciones de gobierno emprendida por Realidades, Rigoberto Ochoa Zaragoza da a saber: “Nosotros quisimos taparle a Realidades todos los posibles ingresos que pudiera tener del gobierno y de particulares que tenían con ellos contratos de publicidad. Con base en la relación que la Secretaría Finanzas poseía sobre quienes tenían convenios y contratos con el Realidades, les hablamos y les pedimos que los cancelaran.
“Lo asfixiamos económicamente, casi se acabó, pero vino un proceso electoral y los candidatos le dieron aire, Realidades resurgió. Y desde entonces, estoy resintiendo. Ese pecado todavía lo sigo pagando”.
Denota quien fuera gobernador de Nayarit durante el sexenio 1993-1999 que la acción punitiva contra el periódico Realidades no fue la adecuada, que se equivocó. A 23 años de haber concluido su mandato, aún lamenta su error.
Rigoberto Ochoa Zaragoza sostiene que, con ningún otro medio de comunicación, ni escrito o electrónico, tuvo problemas.
Aprovecho para señalarle que, durante su gobierno, en diciembre de 1995, yo fui despedido como director de noticiarios de la empresa local televisiva XHKG, donde además fungía como conductor del programa noticioso nocturno Al Momento, por intervención directa de la oficialidad de ese entonces.
Lo negó. “Jamás intervenimos en los asuntos de sindicatos nacionales. Ésa es la receta para mantener la unidad en la CTM: no tocar, no intervenir en los asuntos internos de cada sindicato, en lo absoluto. Yo no recuerdo que me hayan comentado, que me hayan pedido o me hayan planteado, o que nosotros hayamos determinado, hacer tal o cual cosa. En el caso de la radio, o en cualquier otro caso de sindicatos federales, jamás nos metimos con la radiodifusión, jamás con nadie. Ése fue un respeto que mantuvimos durante mucho tiempo”.
Pero al comprobar que hablaba como dirigente de la CTM de Nayarit y no como gobernante, insistí. Trascendió, yo lo supe, que funcionarios de su gobierno, entre ellos los de relación directa con Prensa a cargo del licenciado José Trinidad Espinoza Martínez, tuvieron cónclave para decidir mi despido junto con el concesionario del canal televisivo.
“No, no, en lo absoluto. Jamás tuve una plática con los Mondragón que pasara de diez palabras, saludarlos, cómo estás, bien, y ya. Jamás, ni ellos recurrían a mí, ni yo a ellos, porque sus relaciones las manejaba el sindicato nacional, entonces cualquier problema que se presentaba en la industria, era el sindicato nacional quien intervenía, si era necesario”.
GOBIERNO PRIISTA PIERDE EL PODER
Rigoberto Ochoa Zaragoza se autoexime de toda responsabilidad por la derrota del candidato del PRI, José Lucas Vallarta Robles, frente a Antonio Echevarría Domínguez, aspirante al gobierno de Nayarit abanderado este por alianza de partidos en la que estuvieron representados PAN, PRD, PT y PRS en las elecciones de 1999. Correspondió al gobernador priista entregar el poder al candidato opositor. No siente deshonra.
De tajo rechaza que la votación adversa al PRI sea la calificación a su gobierno.
“Con antelación se aceptó que el trabajo de gobierno garantizó el 50% de los votos, el otro 50% correspondía al partido y candidatos. Sin embargo, se perdió y a mí me cargaron el costo de la derrota, me la cargaron porque yo, inocentemente, en una entrevista que me hizo un periodista de México, declaré que ese resultado había sido seguramente porque la gente no había aceptado nuestra forma de gobernar, que no quedaron satisfechos, quedaron inconformes, que por eso habíamos tenido el voto en contra. Ah, pos de ahí se agarraron todos para decir este fue el responsable. Y yo lo hice para acabar con los comentarios, para acabar ya con todas las críticas, sin embargo, fue al revés.
“Pero definitivamente es un ejemplo que no debe repetirse, en ningún proceso electoral. Hubo ocho aspirantes (al gobierno de Nayarit, en el 99), lo que quiere decir que el voto del partido (PRI) se partió en ocho pedazos, por tanto, no tuvimos los votos suficientes para superar los que obtuvo la alianza”.