Oscar Gil | Diego Mendoza | Pablo Hernández
El 12 de octubre se ha convertido en una fecha inolvidable para el pueblo de Nayarit. Más de 186 mil personas conmemoran la fecha con el mismo pie de lucha y la sed de justicia que han presentado desde hace cientos de años. Atrás quedó el Día de la Raza, hoy se celebra el Día de la Nación Pluricultural.

El momento histórico que recuerda la llegada de Cristóbal Colón a América, fue transformado a través de los años, visibilizando lo que “la raza” escondía detrás: “Persecución, trabajos forzados, discriminación, segregación, hambre y esclavitud que impusieron a nuestros antepasados por más de 300 años”, como recuerda el senador Casimiro Méndez Ortiz.
Sin dejar de lado la barbarie que sufrieron los pueblos indígenas, hoy la festividad busca convertirse en un momento de reconocimiento a la multiculturalidad, pluriétnica y multilingüe que caracteriza el país, objetivo que quedó plasmado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de diciembre.
Sin embargo, la deuda sigue presente para poco más de 23 millones de personas que se autoproclaman de integrantes de pueblos originarios, según los datos que revela el Censo de Población y Vivienda del 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México.
En Nayarit, el 12 de octubre se ha convertido en un día gris para el 15% de la población que lejos de celebrar la pluriculturalidad conmemora esta fecha como Día de la Resistencia Indígena.

Así lo recuerda, Maximino Muñoz de la Cruz, presidente de la Comisión de la Defensa de Derechos Humanos en Nayarit, quien durante su trayectoria se ha caracterizado por su trabajo como activista a favor de los derechos de los pueblos originarios. Una voz autorizada para recordar las materias pendientes:
“Uno de ellos lo constituye el derecho que tienen los pueblos y comunidades indígenas a la autonomía y a la libre determinación y a que me refiero, que en algunos estados han avanzado mucho más que nosotros en esos temas, por ejemplo: Guerrero, Michoacán, Chiapas en Oaxaca recientemente en Jalisco por ejemplo, ellos han pedido el tema del presupuesto directo, es decir que vaya directamente aquellos municipios o comunidades indígenas se les asigne de alguna manera directamente su presupuesto y ellos decidan en qué lo gastan. Aquí todavía no ocurre esta acción porque insisto vamos como muy lentos”.
Otra materia pendiente, que observa el ombudsman nayarita es la representación política de estas comunidades, de la cual celebra que por lo menos en el Congreso del Estado de Nayarit se tenga un avance significativo en este rubro. No obstante, un hecho que aún le quita el sueño al defensor de derechos humanos es la falta de traductores en diversas instituciones:
“Aún no es una realidad, nos damos cuenta que en algunas instituciones todavía falta este apoyo para los hermanos indígenas que son de municipios lejanos que no hablan totalmente el español y que se les dificulta en su momento la atención, en servicios de salud o en las áreas de procuración de justicia, entonces creo que estos derechos no están como quisiéramos, pero bueno también sería injusto no reconocer lo que hasta la fecha se ha avanzado”.
De acuerdo con el mismo censo del INEGI, en Nayarit, 66 mil 69 personas hablan alguna lengua indígena, siendo el dialecto cora el más predominante dentro de la entidad, seguido de los parlantes huicholes y tepehuanos del sur.

Para Muñoz de la Cruz, la falta de avance en este tema, responde tanto una voluntad política, como de falta de recursos económicos: “Por un lado debe de haber voluntad de nosotros como instituciones, por el otro el recurso, porque muchas veces pedimos y no están plazas disponibles, o no está el recurso, pero creo que es más de voluntad, como dicen por ahí cuando se quiere se puede”.
Para muestra, señala el presidente de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos, que actualmente el organismo que encabeza cuenta con seis traductores indígenas, cuando a su llegada no se contaba con ninguno.
La deuda seguirá presente, es por eso que cada 12 de octubre se hará un llamado a la justicia para reivindicar a los pueblos originarios que no fueron ni descubiertos, ni encontrados, fueron colonizados.