Más pronto que tarde el buen periodismo se hará en las redes sociales. La revolución digital puso de cabeza a los medios tradicionales, llevando a casi todos a la muerte súbita o humillantemente lenta. Es la democratización más radical de la historia humana: da a cada persona con acceso a un muro personal la oportunidad de opinar y tener una potencial audiencia planetaria. Por cada medio de comunicación tradicional que se extingue surgen decenas de miles de medios digitales, con ortografía y sintaxis de arriero y análisis cercanos a la imbecilidad, salvo honrosas excepciones. Esta crisis irreversible ha provocado que el periodismo tradicional intente hacerse mejor, como es el caso de Meridiano. Lo que usted tarda en leer un minuto llevó días u horas confeccionándose, como la buena comida, con aroma y sabor.
