Por Kenya G.
Ayer martes 22 de noviembre no fue como cualquier otro día cuando las familias productoras y obreras cañeras hacen su rutina laboral. No había prisa ni por preparar ni por llevar el lonche al Ingenio de Puga. El apuro era coincidir en el punto acordado con los más de mil compañeros de trabajo acompañados por sus familias para reclamar a la parte patronal, alrededor de ocho semanas de sueldo y el pago por la cosecha a los productores, los pagos suspendidos al IMSS, al SAT y al INFONAVIT, que suman 400 millones de pesos, con lo que prevén una amarga Navidad, los trabajadores del azúcar.
Camiones, maquinarias motorizadas, camionetas sindicales y autos particulares, cualquier medio era bueno para trasladar a la gente desde los municipios de Jala, Compostela, San Pedro Lagunillas Santa María del Oro, Ahuacatlán y los ejidos cañeros de Tepic para llegar a las inmediaciones de la Universidad Autónoma de Nayarit para agarrar el bulevar hasta donde se convierte en Avenida México sur de la capital nayarita.
Lo que inició como trapiche en 1620 fundado por Don Félix Velázquez de Puga, que precisamente da nombre al ingenio cañero y también al pueblo, fue precisamente su cultivo y transformación de la caña originando una economía boyante, particularmente desde 1846 cuando la adquiere Don José María Castellanos de Llano y que se reforzó en 1906 al adquirir maquinaria holandesa, lo que permitió alcanzar un volumen de producción histórico. Hoy en día es una factoría declarada en bancarrota, lo que se vaticinaba desde hace algunas zafras y cuyos almacenes contienen el azúcar, única garantía dulce, según las cuentas de las obreras y obreros.
El ingenio cañero fue pasando de mano en mano hasta 1978 cuando se convierte en una paraestatal, ahí es donde comenzó todo comenzó a venirse abajo, pues al principio aumentó la zafra y la producción, pero también aumentaron las manos que opinaban y manejaban los recursos eso sin contar las manos de los líderes sindicales, nos dice Don Ramón con más de 60 años y unas veinte marchas de protesta en su haber. “Ese es el lado amargo del azúcar”, afirma.
Los hombres de casco, camisa y pantalón azul cada vez iban siendo más y ultimando detalles para comenzar a marchar no sin antes manifestar algunas dudas: ¿ya llegaron los de los municipios? ¿Es cierto que perdió Argentina? ¿Ya empezó el partido de México contra Polonia? ¿Y dónde está el dirigente de nuestra confederación? “¡Pues seguro que viendo el futbol junto con los empresarios!”, gritó uno de ellos y se echó a correr entre carcajadas.
Al punto de las 10 de la mañana, luego de ensayar algunas porras y comisionar a los más fuertes para cargar las enormes lonas plastificadas que nos remiten a aquellas de rotuladas de manta con pintura acrílica de los años sesentas donde ya los trabajadores de Francisco I. Madero, mejor conocido como Puga se trasladaban desde 17 kilómetros a la capital para presumir ruidosamente en los desfiles del 1 de mayo, la cada vez más creciente zafra y los beneficios laborales. Todo era abundancia. Hoy, marchan por el silencio empresarial para pedir la intervención estatal, ante un problema federal con repercusión local. “La quiebra del ingenio es por la pésima administración y por el desvío de recursos hacia otras empresas del grupo. Esto no se va a arreglar aquí, la caña es un tema nacional y en el que nos debe apoyar nuestro gobernador”, opinó otro más enterado.
Ante la incertidumbre si ya fue vendido el ingenio del noreste de Tepic a Zucarmex, la empresa que aglutina seis ingenios en el país y principal proveedora de azúcar en Norteamérica, la base obrera, se lanzó a las calles con mensajes dirigidos al gobernante originario de Puga, pidiéndole que rescate el molino. “Puga es su tierra y esta es su gente, Sr. Gobernador”, “Todos somos Puga”, “Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, pedimos su intervención para el pago de nuestra cosecha”, son algunas de las leyendas que portaban los trabajadores de la Sección 70 del Sindicato de Trabajadores de Industria Azucarera del Ingenio de Puga que marcharon junto con los productores por toda la Avenida México hasta apostarse frente a Palacio de Gobierno, mientras un comisionado curiosamente caminaba en sentido contrario a la marcha y con celular en mano, informaba: “Le ganaron a Argentina”, “Van cero, cero México-Polonia”, “Tapó un penal Ochoa”, lo que le imprimió más enjundia a su marcha rumbo hacia la explanada de Avenida México entre Juárez y Abasolo donde permanecieron hasta cerca de las dos de la tarde y dispuestos a ir a ver los comentarios de lo acontecido en Qatar.