Entre el martes 6 y el sábado 10, la Copa del Mundo Catar 2022 ofreció a quienes “aman el futbol” la última jornada de los octavos de final y las dos jornadas correspondientes a los cuartos de final y, en ellas, una sorpresa mayúscula: la eliminación de “la roja” [la selección española] y la tercera goleada grande del torneo: Portugal 6, Suiza 1, aún en los octavos de final.
Ya en los cuartos de final:
La eliminación del gran favorito para obtener el título, Brasil, derrotado en serie de penales por la selección croata que, por segunda vez consecutiva, se clasifica a semifinales;
La inesperada y merecida clasificación a semifinales de la selección marroquí dejando en el camino a la oncena lusitana [con todo y Cristiano Ronaldo];
El encuentro más disputado de todo el mundial —precedida por enfrentamientos anteriores en otras Copas del Mundo—: Argentina vs Países Bajos, un partido en que se sacaron 17 tarjetas amarillas ¡y ninguna roja!, en el que hubo varios connatos de bronca durante el partido, burlas por parte de los seleccionados argentinos después de obtener el pase a semifinales en tanda de penales y comentarios inéditos de Lionel Messi en respuesta a los que el técnico neerlandés había hecho antes del partido y que, en medio de todo eso, permitió disfrutar de una de las mejores jugadas del mundial: un pase genial del pequeño-grande Messi para el primer gol de la albiceleste que, más tarde, complementó anotando el segundo gol de penalti y el primer penalti de la serie con la que vencieron a la “Naranja Mecánica” tras 120 minutos que concluyeron en empate y;
La victoria de la selección de Marruecos 1-0 sobre la selección de Portugal, en otra de las grandes sorpresas que nos ha ofrecido este mundial.
Con esto, “la mesa quedó servida” para los cuatro “banquetes” pendientes: los dos de semifinales: Argentina vs Croacia el martes 13 [ojo con las supersticiones] y Francia vs Marruecos, y los dos finales: el sábado 17, el encuentro por el tercer lugar —que suele despertar poco interés— y el domingo 18, el gran “banquete” final.
Por lo pronto, si de los 36 que se tenían, solo quedan 4, ahora puede añadirse que, de los 8 que se perfilaban como posibles finalistas, ya solo quedan 2 [Francia y Argentina], lo que hace posible que:
Por tercera ocasión en la historia de los mundiales, una selección alce la copa dos veces consecutivas y, además, obtenga su tercer título en un mundial [el caso de Francia];
Que una selección —en este caso la argentina— obtenga su tercer copa del mundo y que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos —para muchos el mejor de todos— obtenga ese trofeo que muchos le piden para incorporarlo al “top 3”Olimpo del futbol;
Que un seleccionado de tierras balcánicas y de los pueblos eslavos del sur [“yugo-eslavia”] que ha alcanzado ya, previamente, lugares relevantes en los mundiales [el tercer lugar obtenido en Francia 98 en su primera participación como país independiente y el subcampeonato alcanzado en Rusia 2018] alcance su primer Copa del Mundo, o bien;
Que, por primera vez en la historia de los mundiales, un país del continente africano —aunque un buen número de sus integrantes hayan nacido en tierras europeas— y del mundo árabe [algo que sería altamente significativo en un campeonato disputado en un país árabe] pudiera obtener el trofeo más importante del futbol a nivel de selecciones y todo ello, habiendo obtenido el primer lugar de su grupo y dejando fuera a la selección belga; habiendo eliminado a dos de las posibles ganadoras del mundial [España y Portugal], así como a la oncena gala y a la croata [con la que empató en la fase de grupos] o a la argentina.
Sin duda, esta última posibilidad es la que suena más improbable, pero después de ver la manera en que los marroquíes han dejado fuera a tres grandes, de ninguna manera se puede descartar la que sería, probablemente, la máxima sorpresa en la historia de los mundiales.
La tercera posibilidad suena también un tanto lejana, a pesar de que el seleccionado croata —encabezado por Luka Modric e increíblemente resguardado por Dominik Livakovic, su arquero— ha mostrado una capacidad enorme para hacer frente a situaciones adversas [como lo han hecho en diversos momentos y en las más diversas áreas de su realidad].
De acuerdo con la lógica de lo que normalmente se puede esperar, las dos primera posibilidades se siguen mostrando como las más probables:
Que la Argentina de Messi alcance su tercer campeonato del mundo de su historia y que su capitán —apenas recientemente valorado en su país de nacimiento— pueda retirarse tranquilo de haber alcanzado —ya encaminado hacia el ocaso de su brillante carrera—, los dos trofeos principales a nivel de selecciones nacionales: la Copa América y la Copa del Mundo.
Que la selección francesa —encabezada, al menos mediáticamente, por Kylian Mbappé— obtenga su tercera Copa del Mundo y se convierta, junto con la selección italiana [1934 y 1938] y la brasileña [1968 y 1962], en la tercera selección en obtener dos campeonatos del mundo en forma consecutiva.
“Veremos y diremos” [Don Alberto Casillas Larios “dixebat”] qué sucede.
Por lo pronto, sigue vivo en mí el deseo de que Lionel Messi corone su carrera con ese trofeo que no creo que le falte para entronizarlo en el Olimpo del futbol, pero que sería, sin duda, un “plus” importante para su ubicación entre los más grandes, entre quienes algunos grandes como Johan Cruyff y, casi seguramente, Cristiano Ronaldo y Neymar estarán ahí sin ese preciado trofeo con el que sí cuentan: Pelé, Diego Armando Maradona, Zinedine Zidane, Franz Beckenbauer y Bobby Charlton, entre otros…
Para finalizar, dos conclusiones provisionales del Mundial Catar 2022:
En el futbol contemporáneo no es suficiente jugar bien; ni siquiera jugar de manera brillante; hace falta algo que parece obvio: eficacia en las dos áreas. Que te anoten el menor número de goles posible y, quizás no anotar el mayor número de goles posible, sino concretar, al menos una de cada dos oportunidades claras de anotar. [El caso más evidente de eliminación por falta de goles parece haber sido —por segundo mundial consecutivo— el de la selección teutona]
Es indispensable —aunque no siempre suficiente— contar con jugadores capaces de hacer algo extraordinario en momentos clave [como el gol de Neymar frente a Croacia y el pase de Messi frente a Holanda].