Los exámenes escolares y la vida tienen mucho en común. Cuando uno se siente seguro de lo que sabe la confianza se convierte en descuido. Mientras los menos aventajados se disciplinan para prepararse para el examen, los que creen dominar la materia desprecian la capacidad los que se ubican en la medianía. A la hora de la verdad a veces la nota de insuficiencia es para el que se estimaba experto. En la vida se repite la historia, en el campo laboral, en la política, en los debates. Los presidentes de Estados Unidos se preparan días enteros para mensajes de sólo unos minutos. Aquí creemos que los guiones son para los incultos y los impreparados, mientras que la improvisación para los superdotados. Mala consejera la soberbia. En la escuela y en la vida.