Familiares de personas desaparecidas colocaron durante el mes de diciembre el Árbol de la Esperanza, un espacio en el que fueron mostrados en fotografía, los rostros de mujeres y hombres a quienes buscan desde hace años.
Entre los propósitos, está el que la ciudadanía pueda conocer las fotografías y ayude a localizar a las y los desaparecidos, pero también, que aporte sobre la ubicación de fosas clandestinas en la entidad.
La señora María de los Ángeles Covarrubias, madre de una joven que desapareció el día 26 de septiembre del año 2017, en la ciudad de Tepic, comentó: “Mi hija ese día salió de casa, ella y su novio irían al cine y nunca regresaron. Al principio creía que Paola se había ido a vivir con él, pero cuando fuimos a buscarla al domicilio del novio tampoco estaba Alberto y con el tiempo nos dimos cuenta que el novio de mi hija andaba en malos pasos; qué culpa tenía mi hija, hoy pido que me la regresen, yo sé que ella ya no está viva, ya pasaron cinco años, ni una llamada, desde hace más de cinco años que no sabemos nada de ella, nadie la ha visto, tampoco al joven Alberto lo han localizado, por eso queremos encontrar los restos de mi hija y de su novio para poder darles cristiana sepultura y que ya descansen en paz”.
Por su parte el señor Pedro Flores, padre de uno de los desaparecidos, no descartó que en la actualidad entre la sociedad se encuentren escondidos exintegrantes de las bandas delictivas que operaban en el estado durante el año 2016: “Ellos pudieran saber dónde enterraron a nuestros seres queridos, por eso pedimos que a través de una llamada telefónica nos digan dónde están los restos, los cuerpos para ir a buscarlos y rescatarlos, yo sé que esta petición es absurda y humillante, pero ya hemos recorrido muchos lugares, hemos tocado muchas puertas y no encontramos lo que andamos buscando”.
El llamado Árbol de la Esperanza será retirado en algunas horas, el ambiente entre los familiares de las personas desaparecidas es de tristeza; suman una Navidad más sin ellas y ellos en el hogar.