Por Oscar Verdín Camacho

A mediados de junio del 2022, en Tepic ya se sentían las primeras tormentas de la temporada de lluvias, mientras que ahora nos encontramos con un cielo despejado como si fuera marzo o abril.

Ausentes las nubes negras que presagian lluvias intensas, nos abraza el sofocante calor que exige agua.

Hace apenas unas semanas el cerro de San Juan padeció una serie de incendios como nunca antes, trayendo el humo a la ciudad, sacando de su habitad a especies de animales. Esta vez ni las guardarrayas y quemas controladas de principios de año fueron suficientes.

Se trata de sucesos en cadena que reafirman el cambio climático que cada vez nos aqueja más, desde hace años, por supuesto no sólo en México sino a nivel mundial.

Si se dice que en muchas partes cada vez llueve menos, pero cuando llueve suele haber precipitaciones extremadamente fuertes, más valdría que nos fuéramos preparando para soportar tormentas extremas.

Por lo pronto, las primeras lluvias no se advierten aún, lo que haría deducir que la humedad provocará mayor calor en los siguientes días.  

Sobra añadir la orientación para evitar la exposición al sol por largo tiempo, o insistir en el consumo de agua, principalmente los sectores de la población más vulnerables: los niños y personas de edad avanzada.

* Esta información es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com

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