Ha muerto Milan Kundera, autor de La Broma, la historia de un joven que por burlarse del optimismo ideológico de la Checoslovaquia socialista es expulsado de la universidad y el partido y condenado a trabajos forzados en una mina. Es un tema que detalla una práctica religiosa y política en todos los rincones del planeta: la persecución de quienes piensan distinto y no comparten credos e ideas dominantes. Se les excluye, expulsa, aísla. Unos viven el destierro, otros son perseguidos en sus casas, barrios, centros de trabajo. Quizá cada quien, viva donde viva, tenga una historia personal con episodios dolorosos que hacen imposible la convivencia armoniosa. Ojalá que algún día se escriba una novela de la tolerancia, sobre todo política, que no sea catalogada en la ciencia ficción, sino en la realidad social.