Por Ernesto Acero C.
La administración pública requiere fuerte liderazgo. Un buen gobierno necesita clara definición de rumbo y del ejercicio de mando firme. Ese liderazgo lo ejerce el Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, con rumbo claramente definido y con firmeza en el desempeño del mando. Así debe ser, pues carga con un mandato que representa la voluntad de los nayaritas expresada en las urnas. Su responsabilidad es enorme y más cuando la confianza que en él se depositó, ha crecido día con día.
Las características del gobierno que preside el mandatario Navarro Quintero son claras: austeridad, honestidad, racionalidad y a la vez, combate a la corrupción, recuperación del patrimonio de los nayaritas e inversión para el desarrollo. Nada de esto es posible sin una idea clara de lo que se quiere: el gobernador sabe a ciencia cierta que lo que se quiere, es dar respuesta al mandato popular. Nada de esto es posible sin liderazgo; en todo momento mantiene el respaldo popular y el mando en el equipo de gobierno. En Nayarit hay un Gobernador y sólo un Gobernador.
La recuperación de vastos terrenos que habían ido a parar a manos de particulares por medios indebidos, ha sido una característica del gobierno que preside Navarro Quintero. Principalmente, se trata de predios localizados en Bahía de Banderas, Compostela y Tepic. Los involucrados en este duro golpe al patrimonio de los nayaritas, son ex funcionarios, ex gobernantes. Todos ellos empiezan a rendir cuentas ante la ley y ante la sociedad. No hay golpes de autoritarismo, sino aplicación de la ley.
El uso de los recursos públicos por parte del gobierno de Navarro Quintero, se guía por el compromiso directo con la sociedad y en especial con quienes más necesitan de la respuesta de su gobierno. De esta manera, el titular del Ejecutivo hace de su gobierno todo un programa social. Todo el gobierno se mueve para dar respuesta a necesidades de desarrollo. La vertiente social se liga con la económica, pues a la vez que se apoya a los sectores sociales más vulnerables, se sientan las bases para el crecimiento de la economía.
Para hacer crecer la economía se requiere de la inversión del gobierno. El gobierno es actor social que invierte en infraestructura, en carreteras, en líneas de conducción eléctrica, ¡en capacitación de personal!, etcétera. Cuando el gobierno interviene en la construcción de puertos, aeropuertos, carreteras, se sientan las bases para que la inversión privada se haga presente.
Esa inversión privada es notoriamente importante para el gobierno de Navarro Quintero. Sabe que es la iniciativa privada la que genera empleos cuando invierte en fábricas, comercios, en diferentes esquemas de producción de bienes o servicios.
El crecimiento de la economía no se concibe en el pensamiento de Navarro Quintero como una colección de cifras sin repercusión en el bienestar de las personas. El mandatario sabe que el crecimiento debe verse reflejado en el bienestar de las familias, en mejores condiciones de vida para todos. Crecimiento sin bienestar no es desarrollo, es pura cifra, injusticia y desigualdad creciente. La macroeconomía debe reflejarse en la microeconomía.
Esto nos lleva al pensamiento político de Navarro Quintero. El Gobernador de Nayarit sabe que es mandatario y que el mandante, es el pueblo. Sabe que para mandar se requiere obedecer: así, Navarro gobierna obedeciendo. ¿Qué es lo que obedece?
El gobernador obedece mandatos expresados durante años, que fueron traicionados por representantes que acabaron representando solamente intereses personales. El gobernador sabe que el pueblo nayarita veía con impotencia como era saqueado el estado. El Gobernador sabe que el pueblo veía horrorizado como se desaparecía a personas, por razones políticas, por razones económicas y hasta por razones personales. El Gobernador cumple con ese mandato popular, que exige acabar con inercias, como las del subdesarrollo, del autoritarismo, la barbarie y la corrupción.
La clave para entender el gobierno que encabeza el mandatario nayarita, está en su concepción de la política. Para darnos una idea, procede hacer una brevísima digresión.
Atribuyen a don Porfirio Díaz ese aforismo que plantea una idea de lo que debe ser el gobierno: “Menos política y más administración”. El tirano pudo comprobar que no era lo correcto cuando se embarcaba en el Ypiranga. El pobre Porfirio Díaz renunció a la política y se lo llevó la Revolución.
La naturaleza del gobierno es esencialmente política, aunque la administración no se debe descuidar. La política es la administración de los asuntos de la “polis”, de la sociedad. Dicho de manera distinta a la tesis porfiriana, el gobierno es tanta política como sea posible y tanta administración como sea necesaria y suficiente.
El Gobernador Navarro Quintero ha hecho de la política el sentido de su vida. Entiende la política como compromiso para servir a los demás, ¡eso es política! A lo largo de los años ha ocupado cargos públicos y asumido la representación de los nayaritas. Como Gobernador, reitera esa formación y la demuestra de manera cotidiana.
El Gobierno es conducido bajo el liderazgo de un Gobernador qué tiene prisa, que desea hacer un sexenio de cada año al frente del Ejecutivo. Esa prisa se explica porque el mandatario sabe que los desafíos del desarrollo del estado, son de proporciones titánicas.
El liderazgo político al frente del gobierno, se nutre de las más sentidas aspiraciones de un pueblo que desea la felicidad. Nayarit tiene un líder, con mando firme, con rumbo claro: claro, es el liderazgo de Miguel Ángel Navarro Quintero.