Por César Pérez
Al cumplirse el primer año del deceso del maestro Rolando Porrúa Campos, originario de Holguín, Cuba, la Fundación Álica realizó un homenaje en el que participaron sus alumnos y compañeros de trabajo, lo hicieron con música en un evento que se anunció se realizará cada año como parte de un reconocimiento a su labor por difundir la música.
Porrúa Campos realizó amplios estudios en música en Cuba hasta llegar a pertenecer a la Orquesta Sinfónica de ese país, hasta 1994 que vino a México como maestro de violín en la Escuela Superior de Música del estado.
Del maestro Porrúa Campos destacan su disciplina su entrega y pasión por la música que se reflejan en varias instituciones entre las que destaca la Fundación Álica como lo señala su actual director Rolando Aroche Maso.
“El legado que nos dejó a nosotros en cuestión de formación, de disciplina y el legado musical años que nos conocimos años que como se dice vulgarmente anduvimos jalando la carreta pero para mí es un honor festejarle y que no quede en el olvido que fue creador del proyecto de la escuela de música de la Fundación Álica en cuanto es el taller de la escuela de música más la orquesta que su nombre es Juan Pablo Moncayo y con el maestro no tengo palabras para mí es bastante difícil pronunciar palabras refiriéndome a él simplemente lo puedo resumir como lo mejor de lo mejor”.


El maestro Aroche Maso recordó que en el año 1994 llegaron de Cuba conformando un cuarteto que desafortunadamente y por situaciones del destino se vio disminuido con el deceso de uno de sus integrantes y luego con la pérdida del maestro Porrúa Campos.
Sus alumnos también reconocieron la forma en que ayudo a que continúen en la música, pues a pesar de lo exigente y disciplinado las satisfacciones han sido mucho más grandes, puntualiza Ángela Gabriela Acevedo, alumna de la escuela de música de la Fundación Álica.
“Era algo que teníamos que tener en la sangre para poder tocar también nos enseñó que a pesar de ser muy estricto teníamos que tocar lo que es la partitura tal cual y si no fuera por él yo no estuviera tocando ahorita así que le agradezco mucho al maestro y un pequeño recuerdo que tengo de él es como estudiábamos dos horas de orquesta y a pesar de que siempre nos regañaba nos ponía muy felices cuando sacábamos todo el repertorio tan bonito gracias a su exigencia pero más que nada porque nos enseñó muy bien”.
Otros recuerdo s de sus alumnos corrió a cargo de César García Guillén quien narro así lo que le tocó vivir al lado de Porrúa Campos como eran las audiciones que dijo las hacía con el himno nacional y a pesar de no ser mexicano lo tocaba mejor que nadie.
Durante este homenaje en el primer año del deceso del maestro Rolando Porrúa Campos se le recordó con muchas de sus canciones favoritas y cerraron este reconocimiento con la cumbia escrita por él en honor a su esposa Angélica.