Escuchó con atención las cifras que dio a conocer mi amigo el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) JORGE BENITO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, como parte del saldo de semana santa en la entidad, y claro que son cifras que en primer lugar nos sorprenden y en segundo lugar nos deben de preocupar.
Algunos de los datos expresados por el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, son los siguientes: hubo 127 accidentes, en los que participaron 135 vehículos automotores, y 52 motocicletas, el saldo de semana santa fue de 11 muertos, y 100 heridos, la causa de estos sucesos sangrientos, en el 90 por ciento fue por la ingesta de alcohol, mientras que el restante 10 por ciento fue por cansancio.
También el titular de la Seguridad Pública en el estado, agregó dos sucesos que ocurrieron al final de la semana llamada santa, y fue el hecho de que quitaron la pluma de contención, en la recién estrenada autopista de Las Varas a Puerto Vallarta, y en la autopista de Tepic a San Blas.
En estos últimos casos, la versión oficial en el caso primeramente de la autopista que lleva a Puerto Vallarta y también trae de Puerto Vallarta a Guadalajara, es que las colas o filas de vehículos eran tan inmensas, eran de tantos kilómetros, que los conductores desesperados por la lentitud y la gran tardanza, decidieron bajarse de sus carros y arrancar o quitar la llamada pluma o veleta, que es el hierro o a veces madera, que va dando paso a cada vehículo.
Al parecer en el caso de la autopista que lleva a San Blas, la situación fue la misma, es decir la desesperación de los conductores porque no avanzaba la larga fila de carros.
En el caso de los accidentes, más de 126 de acuerdo a estadística, con un saldo de 11 muertos, una cifra que rebasa con mucho a la del año pasado, es lamentable saber que el 90 por ciento de los casos, es decir más de 100 sucesos trágicos, tuvieron su origen en la conducción de un carro a manos de una persona embriagada, o sea alcoholizada.
Esto significa que 114 accidentes del total de 127, probablemente pudieron haberse evitado si los choferes, hombres o mujeres, hubiesen estado sobrios, y también probablemente hoy estuviésemos diciendo que sólo se dieron 12 sucesos sangrientos.
Pero ¿qué significa lo anterior?, bueno, significa ni más ni menos, que los mexicanos seguimos siendo irresponsables a la hora de cumplir con las mínimas normas de seguridad, significa también que seguimos siendo fantoches y que la vieja y estúpida frase de: “ aunque no me lo crean, yo conduzco mucho mejor cuando estoy borracho, y no sé por qué?,”, sigue siendo una frase de estúpidos, para estúpidos, ni más ni menos.
Y digo esto porque científicamente está comprobado que el alcohol hace que sea más difícil para las áreas del cerebro que controlan el equilibrio, la memoria, el habla y el juicio hacer su trabajo, lo que resulta en una mayor probabilidad de lesiones y otros resultados negativos.
Además el lóbulo frontal del córtex cerebral se ve afectado por niveles de alcohol en la sangre, resultando la hilaridad, expansividad, juicio deteriorado, locuacidad y atención empobrecida.
Así que con todo lo anterior ya comprobado por la ciencia médica, lo que no tiene alegato ni especulación, aun así vemos como hay gente a la que algunos llaman audaz, aunque el verdadero calificativo sería, gente mentecata, o estúpida, que no solo pone en riesgo la integridad de ellos mismos, sino la de su familia, que nada tienen de culpa de la imbecilidad de un familiar, ponen en riesgo la vida de personas con las que infortunadamente se cruzan, y a las que dañan a veces con consecuencias funestas y la de ciudadanos que tienen la mala suerte de cruzarse en su negligente vida.
Probablemente en las estadísticas que dio a conocer BENITO RODRÍGUEZ MARTINEZ, hoy estaríamos hablando de uno o dos fallecidos, incluso de ninguno, pero no de once muertos por accidente.
Y finalmente, también quiero comentarles que el 10 por ciento de estos sucesos sanguinolentos, ocurrieron porque los conductores estaban cansados cuando manejaban su vehículo, lo que también es otra prueba de la indolencia con la que vivimos nuestra vida, y es que en México, cuando alguien se siente cansado y su familia lo ve que se duerme o que de vez en cuando se sale de la carretera, y le sugieren que pase el volante a otra persona, o bien que descanse, la respuesta es la que conocemos todos: “si aguanto, como quiera que sea, pero aguanto”, y bueno a veces despiertan cuando ya están en un barranco, con el riesgo de que también su familia, esté en ese mismo barranco.
Difícil seguramente que los mexicanos tengamos conciencia del valor de nuestra vida y de nuestras decisiones transformadas en acciones…hasta mañana