Por Fernando y Yuvenia Ulloa
Las despedidas siempre serán tristes y conmovedoras, decir adiós a un amigo provocará tristeza y en muchos casos nostalgia al recordar los momentos vividos.
Es en las aulas escolares donde los lazos de amistad entre los estudiantes y el personal académico de las escuelas día a día se fortalecen.
Es innegable que la convivencia diaria entre compañeros de clases y profesores terminan por moldear los sentimientos de los jóvenes estudiantes, porque es en los salones de clases donde se viven momentos que marcan nuestras vidas.
En el salón de clases se encuentra el reconocimiento a nuestro intelecto, o sentiremos vergüenza por el poco aprovechamiento en clases.
Ayer jueves, al recorrer la ciudad en busca de la noticia se tuvo a la vista una escena que conmueve hasta los huesos.
En la puerta de ingreso de una reconocida escuela secundaria, decenas de estudiantes de nivel se despedían de sus compañeros estrechando sus manos efusivamente.
En contraste, las mujeres estudiantes extendían sus brazos hacia sus compañeras y lloraban en silencio mientras se abrazaban.
Un alumno que salía de la escuela secundaria cargando su mochila en color azul y abriéndose paso entre los jóvenes que lloraban, nos comentó que los jóvenes estaban tristes porque era su último día de clases: “Todos ellos son de tercer año, hoy salimos de vacaciones, ellos ya no regresarán a esta escuela, tal vez por eso lloran”.