Por Fernando Ulloa | Yuvenia Ulloa
“Antes la ciudad de Tepic era más bonita que ahora, cuando éramos niños jugábamos en la calle, dormíamos con las puertas abiertas, todos nos conocíamos, la ciudad era muy chica, nadie robaba a nadie y vivíamos mejor que ahora”, declaró en entrevista la señora María de Jesús Cárdenas, una mujer de 94 años de edad.
Recordó que cuando era niña, las principales calles de la ciudad estaban empedradas y esto permitía que en temporada de lluvias las aguas pluviales se fueran río abajo.
Dijo además, que cuando era niña las lluvias en Tepic no eran como ahora: “Llovía menos y el agua de lluvia corría por las calles hasta llegar al río Mololoa, antes no era como ahora, ahora el agua de lluvia se queda estancada, no fluye y se dañan los vehículos y muchas veces las viviendas, pero esto pasa porque muchos arroyos naturales se taparon cuando se vendieron como zanjones, los emparejaron y ahí se construyeron viviendas”.
Recordó que cuando tenía alrededor de 14 años de edad, ella y sus amigas se iban a las garitas donde se resguardaban los centinelas: “Las garitas se encontraban en las inmediaciones de donde ahora se encuentra en parque La Alameda, hasta allá nos íbamos y era lo más retirado de la ciudad”, aseveró.
Detalló que era en las garitas donde llegaban los carboneros: “Ahí se cambiaban de pantalón y entraban a vender su carbón a la ciudad y todo su carbón lo vendían porque antes se cocinaba con leña o carbón, antes no había gas y muy pocas familias tenían luz eléctrica”.
Finalmente, la señora María de Jesús Cárdenas de 94 años de edad con cierta nostalgia dijo: “Ahora la ciudad de Tepic ha crecido mucho, ya no es como antes, ya muy pocos nos conocemos, ya nada es igual, los tiempos han cambiado, pero aquí seguimos al lado de nuestros seres queridos”.