Por Fernando y Misael Ulloa
El testimonio de tres niñas tepiqueñas pone en evidencia una realidad común entre muchos menores de edad en la actualidad.
De acuerdo con lo declarado por las tres menores de edad, existe una gran dificultad para desconectarse de sus dispositivos electrónicos, especialmente en la temporada de vacaciones.
Entrevistadas en diferentes puntos de la ciudad y con la autorización de sus padres, Renata, Camila y Jennifer expresaron sus puntos de vista respecto a la posibilidad de renunciar a sus teléfonos celulares.
Es importante mencionar que las tres niñas coinciden en señalar que pasan varias horas utilizando sus teléfonos celulares, incluso después de la hora recomendada por los padres que tentativamente es a las 10 de la noche.
Esto refleja el impacto de las redes sociales y los juegos, especialmente entre las niñas y niños en edades de 10 y 13 años, ya que en ellas existe el interés por ver contenidos como videos en TikTok, juegos como Roblox o el consumo de redes sociales como Instagram y Facebook que parece dominan su tiempo libre.
Renata, por ejemplo, menciona específicamente que ve videos de maquillaje y bailes, lo que está en línea con los tipos de contenido populares entre las jóvenes en plataformas como TikTok.
Camila por su parte, está más enfocada en juegos y menciona plataformas como Roblox, lo que también es indicativo de una fuerte preferencia por los juegos en línea.
Jennifer de 12 años, muestra un interés por una variedad de plataformas como son: TikTok, Instagram, YouTube y Facebook, lo que sugiere una mayor diversificación en el tipo de contenido que consume.
Un patrón común entre las niñas entrevistadas, es la resistencia a las normas impuestas por los padres en cuanto a la hora de apagado de los dispositivos.
Renata y Jennifer, por ejemplo, han ignorado las indicaciones de sus padres de dejar de usar el teléfono a las 10 de la noche, lo que resalta un desafío en cuanto a los límites digitales en la vida de los menores.
Este comportamiento en los menores de edad es una preocupación frecuente entre padres de familia de la entidad, ya que a pesar de ser los tutores no tienen el control sobre el uso de los dispositivos de sus hijos.
Es importante mencionar que a pesar de tener complicaciones físicas en quienes pasan mucho tiempo frente a sus celulares y psicológicos, los menores de edad les cuesta trabajo renunciar a sus teléfonos celulares.
En esta ocasión, el que esto escribe ofreció a las niñas entrevistadas cinco mil pesos a cambio de que entregaran sus teléfonos celulares, pero las menores se negaron, muy a pesar de la insistencia de los padres.
Con estas respuestas queda de manifiesto la importancia emocional y social que los teléfonos celulares tienen para los jóvenes, quienes los ven no sólo como herramientas de comunicación, sino también como una fuente de entretenimiento, conexión social y acceso a contenido digital relevante para su mundo.
En conclusión, los testimonios de las tres niñas reflejan la creciente influencia de los teléfonos móviles y las redes sociales en la vida de los menores. Esto plantea retos para los padres de familia que intentan equilibrar el acceso a la tecnología con la salud y el bienestar de sus hijos.