Bajo los intensos rayos del sol y con profunda devoción, cientos de fieles católicos participaron en la tradicional representación del Viacrucis en el fraccionamiento Colinas, en el municipio de Xalisco.
La actividad inició el pasado viernes alrededor de las 10:00 de la mañana, cuando el Cristo recorrió las calles del fraccionamiento. Vecinos y visitantes se congregaron para presenciar y formar parte de uno de los momentos más significativos de la Semana Santa.
En esta ocasión, un joven vecino de la zona, de no más de 20 años, fue quien le dio vida a Cristo.
Es importante mencionar que el joven, con gran entereza, cargó durante más de 6 kilómetros una cruz de madera que pesaba aproximadamente 100 kilos.

Mientras el joven realizaba el recorrido personificando a Cristo, lucía una corona de espinas y era castigado por los hombres que representaban a los soldados romanos, quienes lo empujaban y azotaban con sus látigos. Ante el cruel castigo, en los rostros de los espectadores se apreciaba enojo y tristeza.
Detrás del Cristo caminaban dos ladrones cargando su cruz. Los gritos de los espectadores surgieron cuando uno de los ladrones, identificado como el buen ladrón, públicamente se arrepintió de sus pecados y fue perdonado por el hijo de Dios.

En contraste, Gestas se burlaba y se negaba a reconocer al Cristo que caminaba delante de él.
Durante la representación, las miradas de los niños reflejaban asombro e incluso el impulso inocente de auxiliar a Jesús en cada caída, sin alcanzar a comprender por qué el Dios de los cristianos recibía tantos castigos.
La marcha concluyó con la crucifixión de Cristo y los dos ladrones. Un silencio estremecedor apareció cuando el Cristo crucificado dijo: “Padre perdónalos no saben lo que hacen”.
Después de estas palabras, la cancha de usos múltiples del fraccionamiento Colinas poco a poco fue quedando vacía.
Algunos fieles se retiraron del lugar con lágrimas en el rostro, tal vez al ver el sufrimiento de Jesús de Nazaret renovaron su fe en Cristo y dieron valor al amor y perdón que Dios otorgó a quienes le quitaron la vida.