El cáncer de próstata se ha consolidado como la principal amenaza oncológica para los hombres en todo el mundo, afectando a más de 1.2 millones de varones a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En México, según la Secretaría de Salud el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por tumores malignos entre hombres de 65 años y más. Los decesos superan los 5 mil al año, un promedio aproximado de 14 cada día, y particularmente en Nayarit, la estadística no es ajena, ya que entre 2013 y 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró mil 196 defunciones en hombres a causa de tumores malignos de próstata, la mayoría de ellas después de los 40 años.
La más reciente actualización del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, correspondiente a la semana del 25 al 31 de mayo de 2025, reporta un nuevo caso en la entidad, sumando cinco en lo que va del año, dos menos que en el mismo periodo de 2024. A pesar de la aparente disminución, ya que aún falta medio año, los expertos insisten en la importancia del diagnóstico temprano, debido a que en 2023 y 2024 Nayarit cerró con 10 casos nuevos cada año.
Este 11 de junio, en el marco del Día Mundial del Cáncer de Próstata, se busca visibilizar esta enfermedad, promover la prevención y reforzar la cultura del chequeo médico. La fecha fue establecida para generar conciencia entre la población masculina sobre la necesidad de detectar esta patología a tiempo, pues hacerlo a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El cáncer de próstata se origina en la próstata, una glándula del tamaño de una nuez situada debajo de la vejiga masculina, encargada de producir el líquido seminal. A diferencia de otros tipos de cáncer, su origen no está necesariamente ligado a malos hábitos de vida, sino que los principales factores de riesgo son la edad avanzada y los antecedentes familiares.
La enfermedad puede desarrollarse silenciosamente, pero algunos síntomas que pueden advertir su presencia son: dificultad para comenzar a orinar, flujo urinario débil o interrumpido, mayor frecuencia urinaria (especialmente por la noche), presencia de sangre en la orina o el semen, disfunción eréctil, dolor persistente en caderas, columna o costillas, y pérdida inexplicada de peso o debilidad en piernas y pies.
La detección temprana es posible mediante estudios como el tacto rectal y el análisis de Antígeno Prostático Específico (APE o PSA, por sus siglas en inglés). Estos procedimientos deben ser realizados regularmente a partir de los 40 años, especialmente en hombres con antecedentes familiares de la enfermedad.
El tratamiento depende del avance del cáncer y puede incluir desde cirugía (prostatectomía), radioterapia y crioterapia, hasta quimioterapia, inmunoterapia y tratamiento hormonal. En casos menos avanzados, es posible optar por vigilancia activa con seguimiento continuo de los niveles de PSA.
Aunque no puede prevenirse completamente, adoptar un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo, como evitar alcohol, tabaco y drogas, mantener un peso saludable mediante ejercicio regular, comer de forma balanceada (priorizando frutas, vegetales y proteínas saludables), y tener una vida sexual activa y responsable.
El cáncer de próstata es curable si se detecta a tiempo. Por eso, más allá del miedo o la vergüenza, los hombres deben asumir un rol activo en su salud, acudiendo al médico, realizándose chequeos periódicos y hablando abiertamente del tema.
Este 11 de junio, la mejor forma de conmemorar el Día Mundial del Cáncer de Próstata es compartiendo información, rompiendo tabúes y promoviendo la prevención. Porque la salud masculina también importa, y cada diagnóstico temprano puede significar una vida salvada.