La aplicación de vacunas, como la utilizada contra la influenza, no impide necesariamente que una persona contraiga el virus, sino que su objetivo principal es evitar que se desarrollen complicaciones graves de la enfermedad.
Autoridades sanitarias confirmaron que, tras la inoculación, es común que el organismo presente algunas reacciones secundarias leves.
El director de Salud Pública de los Servicios de Salud de Nayarit (SSN), Federico Cortés López, explicó que ésta es una respuesta esperada del cuerpo.
Detalló que las vacunas contienen “bacterias procesadas por laboratorios pero no te generan la enfermedad como tal”, sino que “genera que tu cuerpo reaccione”.
El funcionario indicó que si el paciente no tiene memoria inmunológica previa contra ese agente, al ingresar la sustancia “el cuerpo se defiende y va a detectar esa sustancia ajena, extraña”.
Esta activación del sistema defensivo es la que genera las reacciones adversas. Cortés López precisó que entre los síntomas esperados puede haber “dolor, puede haber temperatura o fiebre”.
Añadió que “hay pacientes que pueden manifestar un poco de síntomas respiratorias, un poquito de catarrito, un poquito de temperatura, un poco de dolor de cabeza que pudiera ser secundario a la vacuna”.
