Cuando un dentista o un médico preguntan “¿se cepilla bien sus dientes?” o “¿come sano?” es que no están queriendo hacer bien su trabajo. Para conocer la salud bucal o algún padecimiento deben hacer otras preguntas, examinar al consultante e interrogar al menos a los familiares más cercanos. Entonces verán que el paciente asea sus dientes sin técnica y la alimentación sana consiste en una sabrosa combinación de grasa, sal, azúcar y harina. Hacer las preguntas correctas, incomoda. Pero incomoda para ayudar, mejorar y evitar mayor deterioro de la salud. Así debe actuar el periodista, que su trabajo es incomodar por necesidad, para mejorar. Con sus preguntas debe tener un objetivo: que el entrevistado diga lo que no quiere decir. O al menos que lo sugiera. Así ganan todos: entrevistador, entrevistado y lector.