Por Diego Mendoza | Pablo Hernández

Dentro de esta gran Torre de Babel, el amor no entiende de razas ni sexos, no hay más remedio que aprender a perder, y aceptar sin más lo que el corazón decida hacer, porque mañana será igual que hoy y que ayer, para Carlos y Miguel en este mundo infiel, donde dos hombres que se besan cometen un crimen.

Se ven tres veces por semana y pertenecen al 80% de los hombres homosexuales que evitan expresar públicamente su afecto, por temor a ser discriminados y no ser expulsados de cualquier antro de la ciudad.

Desde temprana edad, Carlos se mostró diferente a quienes lo rodeaban. Él no lo entendía, pero tenía una idea distinta del mundo. Encontró una atracción hacia algo que le habían dicho que estaba prohibido.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), 9 de cada 10 adolescentes esconden su orientación sexual o identidad de género por miedo a ser rechazados. Carlos era uno de ellos y al igual que ese 72% había escuchado comentarios negativos hacia su persona, por sus actitudes.

Miguel venía de una familia con mayor ingreso que la de Carlos. Él se encontraba en una escuela privada, pero eso no impidió que fuera parte del 26% de mexicanos que fueron agredidos físicamente por su orientación sexual o identidad de género, ni mucho menos, de hacer oídos sordos ante los muchos chistes y expresiones de odio que realizaban hasta sus maestros.

Cuando creció, Miguel decidió pronto “salir del closet”, hecho que enloqueció a sus padres, quienes tras rechazarlo lo enviaron al psicólogo en busca de “sanarlo”, por lo que al poco tiempo abandonó su hogar y se unió a los cuatro de cada 100 mexicanos, que hacen lo mismo por problemas que derivan de su orientación sexual.

Pronto, Miguel encontró un trabajo como chofer de taxi y Carlos continuó sus estudios, hasta convertirse en maestro de historia, ambos encontraron un ambiente hostil, como la tercera parte de la comunidad LGBTTTIQ+ que ha experimentado comentarios, conductas o actitudes negativas por su orientación sexual o identidad de género.

El destino los preparaba para estar juntos, Carlos tenía una larga relación con una mujer mientras mantenía ocultas sus preferencias, de vez en cuando escapaba a los antros enfocados a la comunidad LGBTTTIQ+. Ahí conoció a Miguel, quien acudía junto a su amiga Deborah, una mujer transexual que sólo sale a lugares públicos cuando cae la noche, cuando todos los gatos son pardos y no hay distinción alguna, ya que al igual que el 60% de mujeres como ella prefiere no exponerse por temor a ser discriminada, o recibir las miradas incómodas que hasta en los hospitales sufren constantemente.

La historia de Carlos y Miguel, se consolidó al borde de que el primero dejó a su novia en víspera de la Navidad. Mientras ellos vivían intenso su romance.

Por otro lado, se enteraron del caso de Pedro, un hombre transexual que se había quitado la vida por los constantes episodios de discriminación a los que se enfrentó. Después supieron que 73 de cada 100 hombres trans han considerado el suicidio como una salida.

A pesar de su nueva vida romántica, Carlos no se sentía del todo satisfecho. Una parte de él vivía en conflicto: era bisexual, pero se negaba a confesárselo a Miguel, así como antes negaba su identidad con su exnovia.

La propia CONAPRED señala que son los hombres y mujeres que encuentran atracción con ambos sexos, los que menos se sienten cómodos con su orientación sexual, por lo que al final del día, Carlos no encontraba la felicidad como lo deseaba. 

Un día Carlos y Miguel percibieron un cambio en la sociedad. Seguían los chistes, las bromas, pero ya habían aceptado lo difícil que era cambiar y decidieron anteponer su amor sobre cualquier circunstancia. Creyendo que la sociedad era más tolerante, acudieron a un bar famoso de la ciudad.

Al calor de la noche imperó la pasión, un beso develó la naturaleza de su relación. El hecho generó incomodidad en algunos clientes, que acudieron a quejarse con los encargados; éstos sin más, los corrieron del lugar.

El caso se volvió viral a través de redes sociales. Se inició una ola de protestas, encabezadas por el propio Carlos y Miguel, quienes se convirtieron en activistas por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+. Se dieron cuenta que a pesar de la lucha que inició Nancy Cárdenas en México durante los años 70´s aún existe una deuda gigantesca con la comunidad, que este 17 de mayo conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia. 

**La historia anterior es un relato ficticio inspirado en los datos presentados en la Encuesta sobre Discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género publicada por la Conapred en 2018.

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