Por Pablo Hernández | Diego Mendoza
La primera tormenta del temporal ha puesto a Tepic bajo el agua: la noche del jueves, durante varias horas, la precipitación pluvial fue de 115 milímetros; lo cual significa que llovieron 115 litros de agua por cada metro cuadrado de la capital, una cantidad impresionante que como cada año hace colapsar la deficiente infraestructura de la ciudad.
Las intensas lluvias fortalecidas por la presencia del huracán Blas, generaron afectaciones graves en por lo menos 23 colonias de la capital nayarita, de acuerdo con el recuento de daños presentados por el Ayuntamiento de Tepic, así como por el personal de Protección Ciudadana y Bomberos de Nayarit.

Inundaciones, árboles y postes caídos, colonias sin luz, automóviles y personas varadas, así como incalculables daños materiales, es el saldo hasta el momento que dejaron las intensas precipitaciones; por lo que incluso se requirió el apoyo de los elementos del Ejército Mexicano adscritos al plan de desastres naturales, quienes realizaron labores de rescate en distintos puntos de la ciudad.
Así mismo, instituciones educativas como la Universidad Autónoma de Nayarit y el Colegio Cristóbal Colón se habilitaron como albergues temporales para aquellos que se encontraban en riesgo o perdieron parte de su patrimonio a causa de estas precipitaciones.
La noche del jueves, la primera tormenta intensa de la temporada sorprendió a los tepiqueños. Desde temprana hora, los incesantes rayos del sol que hasta hace unas semanas generaban molestia a los ciudadanos de la capital nayarita, comenzaron a opacarse por nubes oscuras que presagiaban lo que entrada la noche iba a suceder.
El servicio meteorológico pronosticó una noche lluviosa, sin embargo, poca atención tomó el hecho de que en costas vecinas navegaba el huracán Blas, cuyas nubosas garras se desprendieron hacia el corazón del estado.
Alrededor de las 22:00 horas del jueves, los cielos comenzaron a estremecerse, se iluminaron con rayos, rompiendo en un intenso llanto, sus precipitaciones máximas alcanzaron los 115 mm, en un periodo de una hora y 30 minutos como promedio, cifras consideradas por el Observatorio Meteorológico de Tepic como extraordinarias.
Los viejos caudales de ríos y arroyos en la ciudad volvieron a florecer, sobre todo en zonas de tradicional inundación, como la avenida Independencia, en la cual, más de un despistado intentó sortear el oleaje de lluvia y aguas negras, quedando varados a la altura del fraccionamiento Las Aves.

Mientras tanto, muy cerca de esta zona, en la colonia Caja de Agua, la estruendosa tromba desató la furia de los canales, que desbordados comenzaron a inundar calles, avenidas y hogares, arrasando con todo a su paso. En el mismo tenor, la colonia Peñita se llenaba de auxilio de autoridades municipales quienes acudieron a rescatar a quienes quedaron varados en sus vehículos.
Una noche difícil para el personal de Protección Ciudadana y Bomberos, sobre todo para Protección Civil de Tepic, que reportó por lo menos cuatro vehículos varados con personas en distintos lugares de la ciudad, en un informe en el que admitieron verse superados por la fuerza de la tormenta, ya que de 15 llamadas de auxilio solo lograron atender 10.
Otras zonas de graves afectaciones fueron la colonia Del Bosque, en donde la intensidad de la precipitación abrió la tierra; la avenida Tecnológico, las colonias Paseo de la Constitución, Valles del Country y Gobernadores, la zona de Las Canteras, así como tramos de las principales arterias viales de la ciudad, Insurgentes y México, esta última, fue testigo del estallamiento del alcantarillado ante la intempestiva corriente que a punto estuvo de desbordar el mítico Río Mololoa.

No obstante, el mayor horror de esta noche triste del jueves 16 se vivió en la colonia 12 de Diciembre, lugar donde el agua alcanzó casi un metro de altura, acabando con gran parte del patrimonio de las familias que ahí habitan.
Después de la tormenta viene la calma, pero en la capital nayarita, el caos no dejó reinar al día siguiente, en el cual, a marchas forzadas, personal de diferentes dependencias de los gobiernos estatales y municipales sumaron esfuerzos para desazolvar, así como para retirar por lo menos ocho árboles caídos y dos camionetas que fueron localizadas al interior del canal El Sabino.
Sin embargo, esta corta tregua que otorgaron los cielos, se vio suspendida la tarde de ayer viernes, cuando en punto de las 15:30 horas, de nueva cuenta Tláloc desató su furia en la capital nayarita, provocando nuevas inundaciones, así como el derrumbe de bardas y árboles en distintos puntos de la ciudad, los cuales causaron más pérdidas materiales.
Afortunadamente, la ciudad se encontraba más preparada para esta acción, ya que incluso hizo presencia personal del Ejército Mexicano dedicado al Plan DN-III.

A pesar del brutal embate climático que vivió la ciudad en las últimas horas, hasta el cierre de esta edición las autoridades no reportan personas muertas o desaparecidas, pero si muchos rostros tristes y desilusionados por la incertidumbre que trajo consigo la pérdida de bienes, en una temporada que apenas comienza.