Cuando recorremos las calles de la ciudad en busca de la noticia podemos apreciar el diario vivir de miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños que salen de sus hogares para cumplir con sus diversas responsabilidades.
En días pasados tuvimos a la vista a un hombre que en un claro acto de humanidad compró ropa y un par de tenis a un joven que vive en aparente situación de calle.
Como usted recordará, en aquella ocasión el joven se encontraba recargado en las inmediaciones del mercado Juan Escutia y nuestra lente captó el momento justo cuando un hombre hincado le abrochaba el calzado que recién había adquirido, después de colocarle un pants y una camiseta.
En aquella ocasión al intentar entrevistar al benefactor éste se negó, sólo se limitó a decir que lo hacía porque Cristo fue bueno y bondadoso con él. Acto seguido el benefactor del indigente se marchó.
Por cosas del destino, el pasado sábado alrededor de las 13:30 horas en las esquinas de las calles José María Morelos y avenida Juan Escutia en el centro de la ciudad, justo a las afueras de una reconocida tienda de autoservicio, de nueva cuenta tuvimos a la vista el joven indigente que había recibido la ropa y los tenis nuevos afuera del mercado Juan Escutia, pero ahora el joven lucía sin camisa, con un pants deteriorado en color oscuro y unos tenis viejos, pensamos que este joven vive de la apariencia y seguramente una buena apariencia le estaba generando pérdidas económicas.