Barrendero con corazón de niño

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Con el propósito de ganarse unos pesos y apoyar a sus hermanas con el gasto del hogar, el señor Gonzalo Curiel Serrano de 48 años de edad se dedica a barrer el interior de casas y patios con la autorización de los propietarios. 

Comenta que después de realizar esta labor los dueños de las viviendas le entregan una gratificación económica que va desde los 20 hasta los 50 pesos: “A veces las señoras me dan un  taco o un vaso de agua y yo lo agarro, nunca he robado nada, me gusta pedir, pero no robar, nunca he robado”. 

Es importante mencionar que durante la entrevista detectamos que el señor Gonzalo Curiel Serrano tiene corazón de niño, pues dijo que recientemente le envió una carta a Santa Claus pidiéndole un reproductor de películas: “Me gusta ver películas de caricaturas, porque ahí veo cómo la gente quiere a los niños, a mí nadie me quiere, nadie me acaricia, nada más me acariciaba mi mamá pero ella murió hace dos meses, por una enfermedad  del corazón  y ahora nadie me acaricia, sólo me dan dinero, a veces las señoras me dan comida cuando barro sus casas, pero las mujeres jóvenes se asustan conmigo cuando me ven de cerca y corren”. 

Antes de concluir Gonzalo Curiel Serrano nos hizo saber que la noche del 24 de diciembre se la pasará en casa de una de sus hermanas, explicó que ellas pondrán la cena y él espera recabar el dinero suficiente para comprar un pastel y compartirlo con ellas y sus hijos.

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