Por Julio Casillas Barajas

Amigas y amigos, “tomar el toro por los cuernos” es una expresión popular que hace referencia a enfrentarse a una situación complicada con decisión y de forma inmediata, asumiendo las consecuencias que la misma pueda conllevar. En efecto, “tomar al toro por los cuernos” implica —como sugiere el refrán y la sabiduría popular— enfrentar las situaciones sin mayor dilación o vacilación. En otras palabras, es afrontar el problema y no darle la vuelta.

Eso es lo que hace actualmente en Nayarit el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero al poner orden en todos los terrenos de su competencia y someter en el marco de la ley a quienes se dedicaron (y se dedican) a violar la ley en múltiples facetas y terrenos.

CONFERENCIA DE PRENSA

Así lo enfatizó en su conferencia de prensa ante los medios de comunicación, refrendando su propósito de que Nayarit avance eliminando (en el buen sentido de la palabra) las lacras que atoran su desarrollo y quitando las piedras del camino en el recorrido de la entidad. Pone todo su valor, experiencia y enseñanzas para sacar a flote planes y programas de mayor beneficio para los habitantes de los 20 municipios. Claro está, con el concurso y responsabilidad además de compromiso) de sus colaboradores.

A FAVOR DE LA CRÍTICA Y CONTRA LA LISONJA

El doctor Navarro reafirmó que está a favor de la crítica constructiva y abierta en lugar de la adulación y de los elogios que solamente fortalecen la soberbia haciendo a los políticos engreídos y petulantes, alejándolos más del pueblo. Lo repitió varias veces ante los comunicadores, todos ellos muy profesionales haciendo preguntas interesantes sobre temas que la gente demanda.

UN GOBIERNO DIFERENTE, POR SER MEJOR

Navarro Quintero, en su praxis política, definió su paso por la administración pública no como un “cambio de gobierno” sino como un “cambio de régimen”: el reemplazo evidente de una nueva forma de gobernar contra un caduco sistema que dejó “pespelaco” al estado y lo sumió en la ignominia y el retrocesos, merced a gobernantes irresponsables (que le antecedieron) que antepusieron los intereses propios a los de todo un estado.

En teoría, hablar de un “cambio de régimen” es ratificar que entró un régimen político diferente (por ser mejor), por otro que funcionó para unos cuantos bolsillos y nada más.

FRACASARON MODELOS ANTERIORES

En teoría, a nivel global un cambio de régimen puede ocurrir mediante la conquista por una potencia extranjera, revolución, golpe de Estado, o la reconstrucción seguida del fracaso de un Estado. La transformación, en este caso se da en Nayarit por el fracaso de modelos político-administrativos anteriores, así de fácil, y el cambio de régimen puede reemplazar todas o parte de las instituciones existentes del Estado, el aparato administrativo, la burocracia y otros elementos.

RENOVARSE O MORIR

Se antoja, pues, una renovación de las instituciones políticas o leyes que afectan la naturaleza del sistema en su conjunto y, sin darlo como un hecho, creemos que el camino que traza el doctor Navarro lleva esa ruta, además de compaginarse el trabajo coordinado de todos los órdenes de gobierno, sin mayores límites que el respeto a los ámbitos que marca la Constitución.

En términos generales, a nuestro juicio, los cambios así propiciados son vistos como oportunidades ideales para realizar experimentos naturales que lleven a un progreso general eliminando trabas anquilosadas que solamente socorrían a corruptos e incompetentes. Desde luego que surgen en cada jornada (conferencia de prensa) interesantes asuntos para nutrir las redacciones de los medios impresos, la TV, la radio, los medios emergentes y los corrillos políticos de Nayarit, porque de que hay mucha tela de donde cortar es evidente. Y cada quien sacará sus conclusiones, calificará y juzgará conforme sus puntos de vista y razonamientos.

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