Salvador Cosío Gaona
Primera parte
Casi dos años después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el mundo contempla dividido otra guerra: la que Israel lanzó contra Hamás, luego de los ataques que el grupo islamista radical perpetró en su territorio el pasado 7 de octubre y que dejaron 1 mil 400 muertos y alrededor de 230 secuestrados.
A medida que los bombardeos y ataques israelíes en la Franja de Gaza se extienden y el número de víctimas civiles crece -ya son más de 9 mil este jueves, según las autoridades palestinas-, en distintas partes del globo han comenzado a surgir algunos matices a las posiciones asumidas al inicio del conflicto, que mayoritariamente fueron de condena a los actos de Hamás y de apoyo a Israel.
Un ejemplo de ello son las decisiones adoptadas esta semana por los gobiernos de varios países.
Por su parte, Colombia y Chile llamaron a consultas a sus embajadores en Israel debido a la “masacre del pueblo palestino” y a las “inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido en la Franja de Gaza”.
En las últimas horas, dos países musulmanes -Jordania y Bahréin- también retiraron a sus embajadores de Israel.
Mientras, las voces que reclaman un alto al fuego o una pausa en los bombardeos por razones humanitarias empiezan a hacerse oír en los países que son aliados tradicionales del gobierno israelí, a medida que las protestas ciudadanas por la situación desesperada que viven los habitantes de Gaza se extienden.
Firmes aliados de Israel
“EE.UU. está junto al pueblo de Israel, nunca dejaremos de respaldarlos (…) El apoyo de mi gobierno a la seguridad de Israel es sólido como una roca e inquebrantable”.
Con estas palabras tras los ataques del 7 de octubre el presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó el lugar de la superpotencia norteamericana como el principal aliado político, económico y militar de Israel.
Desde los ataques de Hamás, la Casa Blanca ha mostrado un apoyo sin fisuras al gobierno de Benjamin Netanyahu. Primero, el secretario de Estado, Antony Blinken, visitó Israel y más tarde lo hizo el propio presidente Biden.
Además, Washington envió dos portaaviones de su flota hacia las costas de Israel para proteger a su aliado de Medio Oriente.
El presidente estadounidense -quien se ha resistido a pedir un alto al fuego en Gaza- está presionando al Congreso de su país para que apruebe un paquete de ayuda de más US$14.000 millones para la defensa militar de Israel.
Para Mariano Aguirre, miembro asociado del centro de estudios de política exterior Chatham House (Reino Unido), el respaldo de EE.UU. es “fundamental” para la seguridad de Israel.
En un segundo lugar en la lista de aliados de Israel, Aguirre sitúa a Reino Unido y a algunos miembros de la Unión Europea (UE) como Alemania, Francia o Italia, y a países de Europa del Este como Hungría o República Checa.
“La UE apoya sin matices a Israel sobre Hamás, pero no sobre los palestinos (…) Su postura no está tan definida como la de EE.UU.”, explica a BBC Mundo Alfredo Rodríguez Gómez, director del Máster en Seguridad Internacional de la Universidad Internacional de La Rioja (España).
Rodríguez se refiere al hecho de que los países europeos consideran a los radicales islamistas como una organización terrorista, pero defienden el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado.
Aguirre, por su parte, indica que el apoyo de los países europeos está condicionado por la exigencia de que Israel lleve a cabo sus operaciones contra Hamás con respeto al Derecho Internacional Humanitario, es decir, que “no se castigue a la población civil”.
Esto explicaría los giros de países como España, cuyo presidente, Pedro Sánchez, pasó de la condena a los ataques de Hamás y de reconocer el derecho de Israel a defenderse “dentro del Derecho Internacional” a pedir un alto al fuego urgente y expresar dudas “legítimas” sobre la legalidad de las actuaciones militares israelíes.
En Reino Unido, mientras, el primer ministro, Rishi Sunak, y los miembros de su gabinete se han mostrado firmes en su defensa de Israel y de su campaña militar en Gaza.
De hecho, el diputado conservador Paul Bristow perdió su trabajo en el gobierno británico por pedirle a Sunak que apoyara un alto al fuego por razones humanitarias.
A medida que la campaña militar israelí avanza y la cifra de muertos en Gaza aumenta, los líderes europeos y estadounidense empiezan a introducir matices en sus posturas, como demuestra el hecho de que este miércoles el presidente Biden pidiera a Israel una “pausa” en sus operaciones en Gaza para facilitar la llegada de la ayuda a los civiles.
Con los palestinos, pero no con Hamás
“La causa palestina cuenta con muchos apoyos internacionales. Eso se vio en 2012 cuando la Asamblea General de la ONU aceptó a Palestina como Estado observador”, explica Aguirre, quien aclara que ese apoyo no incluye ni a Hamás ni a otros grupos similares como la Yihad Islámica.
Por su parte, Rodríguez Gómez señala que entre los principales aliados de los palestinos están “los países musulmanes, incluso aquellos que firmaron los Acuerdos de Abraham en 2020 y establecieron relaciones con Israel [Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin y Sudán]”.
Por eso, la decisión de Jordania y de Bahréin de retirar a sus embajadores de Israel es significativa.
Los jordanos normalizaron relaciones con Israel con la firma en 1994 de un acuerdo de paz, mientras que el Estado del Golfo Pérsico lo hizo en 2020 con los acuerdos impulsados por EE.UU.
Los países musulmanes han expresado su apoyo en Naciones Unidas a un alto el fuego en Gaza y en lugares como Egipto, Líbano o Marruecos ha habido multitudinarias manifestaciones de apoyo a los palestinos.
@salvadorcosio1