Ha partido José Guadalupe Campos Hernández, quien fue un distinguido profesional del Derecho, catedrático universitario, hombre de fe y ejemplar deportista.
Nació en Tepic el 4 de enero de 1966. Cursó la primaria, secundaria y preparatoria en el Colegio Cristóbal Colón. Era Licenciado en Derecho y Maestro en Derecho Público por la Universidad Autónoma de Nayarit, donde en la respectiva Unidad Académica también fungió como docente.
Al concluir en 1989 la licenciatura, inició su carrera como abogado postulante y asesor jurídico independiente; se desempeñó como apoderado jurídico de la sucursal operativa Compostela del Banrural y más tarde, de Nacional Financiera y Banobras en los fideicomisos Ciudad Industrial Nayarita y Bahía de Banderas, respectivamente.
Fue Coordinador Electoral de la Junta Distrital Ejecutiva del IFE en Tepic y Juez Instructor del Tribunal Electoral del Estado de Nayarit. En el propio Tribunal Electoral fungió como Magistrado Numerario de diciembre de 1998 a septiembre de 2003.
Ese mismo mes de septiembre, el gobernador Antonio Echevarría Domínguez lo propuso como parte de la terna, de entre la cual el Congreso del Estado lo designó para desempeñarse durante diez años como Magistrado Numerario del Tribunal Superior de Justicia, en el cual en distintos lapsos estuvo adscrito a las salas Civil y Penal; concluyó su periodo el 22 de septiembre de 2013; en esa institución, a muchos nos distinguió con su amistad.
Tras su experiencia judicial, se reincorporó a la docencia y a su labor como abogado postulante. En el periodo gubernamental de Antonio Echevarría García (2017-2021) fue Subsecretario de Asuntos Jurídicos y, de manera provisional, encargado del despacho de la Dirección de Tránsito y Transporte.
Profesó abiertamente su fe católica y formó parte de la comunidad marista. También se distinguió en el deporte, un digno ejemplo para los hijos que amorosamente formó junto con su esposa, la licenciada Mariana Huerta Cárdenas, quien le sobrevive; ellos son Mariana Guadalupe, Sara Alejandra, Helena Goretti y José Nayar Campos Huerta.
Por Francisco Flores Soria