Ya lo hemos dicho, una y otra vez. El Gobierno Social no privilegia un programa social en particular, porque el gobierno mismo despliega sus acciones con ese sentido, con perspectiva social. Así es el gobierno que preside el Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero. No todos los gobiernos actúan con esa premisa en el plano municipal y tampoco todos los legisladores actúan con ese compromiso.
No ha sido sencillo lograr los propósitos de justicia social que se ha planteado el doctor Navarro desde el inicio de su gestión al frente del Poder Ejecutivo. Las complicadas condiciones que ha debido sortear el gobierno en el plano económico, en el social y hasta en lo político, son frenos al desarrollo. Esa es la razón por la que el mandatario estatal Navarro Quintero ha debido activar contra frenos y contener resistencias.
En lo económico debemos tener en cuenta que aquella economía con planta productiva boyante del siglo XIX y hasta ya entrado el siglo XX, esa ya no existe. La economía del tabaco primero en la etapa colonial y semifeudal luego; la economía de la industria textil y de productor con valor agregado, esas prácticamente se extinguieron. El sector primario y el secundario coexistieron durante décadas, aunque a fines del siglo XX y hasta la fecha, ha sido el sector terciario el que se ha fortalecido. La nostalgia no procede y en cambio, las nuevas realidades deben fortalecerse con políticas públicas como lo ha hecho el Gobernador Navarro Quintero.
En el plano social, las inercias han debido vencerse una a una. No es sencillo empezar a crear las condiciones propicias para fortalecer a un sistema de salud que había empezado a ser entregado a particulares. No ha sido sencillo transitar por el complicado terreno que hizo de la educación un modelo de movilización electoral en lugar de un modelo educativo pertinente y progresivo.
En el plano político las cosas han debido ir más lento. No es sencillo abandonar una tradición ajena a la lógica democrática, en donde se han instalado vicios como la endogamia, o el nepotismo en sus diferentes grados y manifestaciones. En ausencia de un sistema de partidos, el avance ha debido ser aún más lento que lo deseable.
A partir de los albores del porfirismo y hasta la etapa revolucionaria, se registraron indicios del nacimiento de una especie de proto-partidos, de partidos en gestación. En 1916 se empezó a registrar un modelo en el que los partidos no habrían de ser necesarios. Ese año se eligieron tres diputados para incorporarse al Constituyente de Querétaro, aunque la convocatoria llamó a elecciones en dos distritos y aunque la geografía electoral dividió el entonces Territorio Federal en dos demarcaciones legislativas. Lo que mal empieza mal acaba, suele asegurarse. Esa historia parece no tener fin.
Esa es la historia y no se borra de un plumazo. Las inercias de subdesarrollo deben ser vencidas o al menos, controladas para que no impidan las reformas que sean necesarias para fortalecer la economía del estado. En ese sentido ha debido operar el Gobierno de Navarro Quintero, que ha dirigido una buena parte de sus esfuerzos en el fortalecimiento de la confianza para invertir en el estado. Esa confianza había sido erosionada por malos gobernantes qué de un día a otro, se convirtieron en potentados terratenientes que ponían en jaque a inversionistas locales, nacionales o extranjeros.
Piezas claves parta que Nayarit logre salir adelante, son el combate a la corrupción y, de la mano, un manejo responsable, esmerado, con altura de miras, de todas las finanzas públicas. Esa es la razón por la que sobresale, en el proyecto transformador de Navarro Quintero, la reforma en materia de pensiones y jubilaciones. De esto derivó la vigencia de la Ley del Fondo de Ahorro para el Retiro digno de las Trabajadoras y de los Trabajadores del Estado Libre y Soberano de Nayarit. En este sentido necesariamente se destacan las recomendaciones en dos grandes campos:
Primero: de acuerdo con lo establecido en la nueva Ley las obligaciones se financiarán con el 49% de la utilidad que genere el Fondo Soberano, es indispensable que esto se lleve a cabo.
Segundo: con la finalidad de conseguir una correcta transición de los trabajadores de la Generación Actual a la nueva Ley se deberá establecer un esquema formal de reconocimiento de los servicios prestados.
Como se puede observar el proceso de reformas que se manifestaba como necesidad imperiosa, no ha sido sencilla. Las amenazas a las finanzas públicas ponían en serio riesgo no solamente la perspectiva social de las futuras administraciones, sino que representaban un jaque directo a la viabilidad presupuestal del estado y los ayuntamientos.
Los cambios que se procesan en el estado, apenas en parte van a sentar las bases de una transformación radical. No obstante, es evidente que esas bases del cambio en el manejo de las finanzas públicas, repercutirá en el ámbito social y en la esfera política, de manera positiva, cabe observar. El liderazgo del Gobernador Navarro Quintero ha sido clave para procesar los cambios en esa materia. Liderazgo, con mando firme y rumbo claro.