Desde hoy asume la Presidencia de la República Claudia Sheinbaum. Hoy, desde temprana hora México ya tiene a su primer Presidenta de la República. En Nayarit el doctor Miguel Ángel Navarro es interlocutor de los mejores deseos y de las mejores propuestas de los nayaritas. Esto, en un contexto de cambios profundos, alienta hasta a los más escépticos.
Cuando se habla de cambio con rumbo, se reconoce que es necesario hacer ajustes en numerosos campos. La transformación con rumbo es cambio con estabilidad y con elevado sentido de responsabilidad, sin exclusiones. Sin excluir ni siquiera a los que ayer se mostraron excluyentes, despótica y arrogantemente.
El Gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero ha llevado las riendas del gobierno con acierto, con macizo temple y ánimo incluyente. Han sido tres años en los que ha mantenido la estabilidad del estado que contribuye al crecimiento y al desarrollo. Tres años en los que ha promovido la gobernabilidad en los términos de las reglas de la democracia. Los tres años que siguen a partir del primero de octubre requerirán de su gran habilidad política. Habrá cambios en la misma lógica de los cambios; la transformación se transforma.
Solamente de entrada debemos tener en cuenta qué a más tardar en el mes de febrero de 2025, el Gobierno Federal deberá enviar el Plan Nacional de Desarrollo a la Cámara de Diputados. Dicha instancia debe aprobar ese Plan a más tardar en los siguientes dos meses. En términos generales, es de esperar que el Plan Nacional de Desarrollo se consolide hasta dentro de unos seis meses. Estados como Nayarit no pueden esperar con los brazos cruzados, pues “la prisa” que ha declarado el titular del Poder Ejecutivo Estatal es la prisa que tienen los nayaritas por avanzar hacia un mejor nivel de vida, para transitar hacia mejores indicadores de desarrollo humano.
Como el resto de las entidades federativas, Nayarit ya tiene un ritmo de trabajo y sus metas programadas. Todo eso se ha hecho en la lógica del Plan de Desarrollo que orientó las tareas del gobierno que concluye. Seguramente que no habrá golpe de timón en la concepción del Estado y de sus funciones. No obstante, habrá cambios que se pueden expresar en proyectos concretos.
Es natural y de esperar que el gobierno de la Doctora Claudia Sheinbaum mantenga vivos los programas sociales, en lo esencial. La idea del desarrollo y del papel del Estado no habrá de cambar, pero en los detalles es donde pueden darse cambios que podrían afectar a las entidades federativas. Estados como Nayarit, ante los cambios que promueva el gobierno que inicia, debe buscar que haya continuidad y que se logren las adaptaciones para alinear propósitos de crecimiento y desarrollo.
El Gobernador de Nayarit, el doctor Navarro Quintero, ha demostrado que puede adaptarse a los cambios. El sentido de la oportunidad y de la pertinencia los domina con talento. Tiene un equipo que le apoya y le procesa las acciones de gobierno que tienen un solo fin: el bienestar de todos.
Derivado de todo lo anterior, puede concluirse que los próximos seis meses serán fundamentales para que Nayarit se monte en el tren del desarrollo nacional. Las gestiones con los protagonistas centrales de la nueva administración federal podrán consolidar proyectos que se ha propuesto sacar adelante el gobierno navarrista. Las adaptaciones al plan de desarrollo del estado deberán irse consolidando con miras al plan nacional. Estamos seguros de que Navarro Quintero habrá de incorporar propuestas nayaritas para que sean parte del gran plan nacional que ya está en ciernes. Eso es lo ideal para las entidades federativas, para todos los estados de la Federación, que consiste en sumar propuestas, proyectos, ideas y demás, en el Plan Nacional de desarrollo, con lo que el equilibrio se tiende a garantizar mucho más.
Para fortuna de Nayarit, el mandatario nayarita Miguel Ángel Navarro Quintero asumió la jefatura del Ejecutivo a la mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Eso sirvió al estado para entrar en la misma lógica del desarrollo diseñada para transformar la vida pública y privada en el país. Cambios en lo público garantizando un manejo honesto de los recursos y democratización de las políticas de gobierno. Cambios en lo privado para garantizar una mejora constante de los niveles de bienestar material y para un desarrollo pleno del potencial de cada mexicano, de cada nayarita en este caso.
Ahora es el momento en el que se deberán fortalecer los lazos para que Nayarit resulte ganador de los cambios en la integración del gobierno federal. Cambios que, cabe insistir, no son un golpe de timón, sino adecuaciones que contribuyan a consolidar el proceso transformador iniciado en el país en 2018 y en el estado, en 2021. Es el momento para que los cambios se consoliden en toda la Unión.
En todo ese contexto, la habilidad política del gobernante de Nayarit, Miguel Ángel Navarro, será clave para que Nayarit no sea marginado, sino para lograr que se convierta en protagonista central. El protagonismo de Nayarit en el desarrollo nacional no es una idea extravagante, sino que tiene profundas raíces históricas.
Ese gigante del que habla el gobierno de Nayarit, es el gigantesco potencial que posee Nayarit por razones estratégicas, naturales, geográficas, políticas y culturales. El estado de Nayarit puede ser pieza clave en el desarrollo nacional. El liderazgo robustecido de convicciones que ha demostrado el doctor Navarro Quintero, será el punto de quiebre para separar en el presente, el pasado de futuro.