Esta mañana de lunes 11, ante adolescentes de la secundaria Rey Nayar 41, ubicada en la colonia Ojo de Agua en Tepic, les comenté que no tengo dudas que cuando escriban sus cuentos, novelas, poesías, seguro plasmarán al Cerro de Microondas con el que conviven todos los días. Ahí estará, como un imponente señor que los conoce desde el primer día de sus vidas.
Y este martes 12 -en que coincidentemente se conmemora el Día Nacional del Libro-, frente a estudiantes de la secundaria Prisciliano Sánchez número 55, en Ciudad del Valle, repetí que si entre ellos surge un escritor, en muchas de sus narraciones estará presente lo que conviven ahora: las amistades de la adolescencia, el canal que cruza por Ciudad del Valle y por el que muchos caminan, o el puente “jorobado” que está en ese lugar.
Todo eso estará en sus escritos, directamente o simulado de otro nombre o lugar. Por ejemplo, he hecho referencia al relato “Historia de una fantástica calle” y que no es otra que donde yo viví, disputando con decenas de niños el encontrar cualquier objeto después de las tormentas.
Respondí a decenas de sus preguntas: ¿en qué se inspiró para tal relato?, ¿tiene algún autor que le haya influido?, ¿cuántos libros ha escrito?, ¿cuál es la novela que más le ha gustado?, ¿qué más ha escrito?, ¿qué recomienda a quienes quieren escribir una novela?, ¿piensa escribir más libros?…
Las presentaciones en las citadas escuelas y en otras en próximos días y la siguiente semana son a invitación de los Servicios de Educación Pública del Estado de Nayarit (SEPEN, para hablar con jóvenes de secundarias sobre mi libro de relatos literarios La Generación del Cacahuate, un poco también del libro-entrevista Germán Rodríguez: Así lo Viví, y un adelanto de mi novela próxima a presentarse La Fantástica Familia Bec.
Hay cosas que he insistido y repetiré siempre con los adolescentes: que lean, lo que les guste leer pero que lo hagan y si además se presenta la inquietud de escribir, que busquen participar en convocatorias, que vayan fogueándose.
Este lunes y martes he comentado y lo seguiré haciendo en los siguientes días que lo que ellos escriban aquí en Nayarit, en sus casas, tiene el mismo valor que lo que otros adolescentes plasmen en cualquier parte del mundo.
Y les pido que no cometan el error en que incurrí: el que pasaran muchos años para finalmente publicar mi primer libro, aunque desde muy joven era una idea que me ilusionaba.
Porque una novela es tal simple como ir uniendo palabras extraviadas para que juntas nos cuenten una y muchas historias. * Esta información es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en