La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica que puede salvar vidas al mantener la circulación de sangre y oxígeno en el cuerpo tras un paro cardíaco, pero no todas las personas tienen las mismas probabilidades de recibirla. Un estudio australiano reciente analizó 4,491 casos de paro cardíaco ocurridos entre 2017 y 2019 y encontró que los transeúntes tenían un 9% más de probabilidades de realizar RCP a hombres (74%) que a mujeres (65%). La disparidad en la atención no solo pone en riesgo la vida de las mujeres, sino que también refleja errores en las capacitaciones para realizar RCP.
Varios estudios identificaron que la renuencia de los transeúntes a realizar RCP en mujeres se debe a múltiples factores. Entre las razones más comunes destacan el temor a ser acusados de acoso sexual, la percepción de que las mujeres son más “frágiles” y la incomodidad de tocar el pecho femenino.
Además, hay una falta de reconocimiento general sobre los síntomas de un paro cardíaco en mujeres, lo cual puede retrasar la intervención. Incluso en simulaciones y entrenamientos, se observó que las personas dudan en quitarle la ropa a una mujer para iniciar RCP, algo necesario para realizar desfibrilación si es requerida.
Limitaciones en el entrenamiento
El diseño de los maniquíes utilizados para enseñar RCP perpetúa esta problemática. Según una investigación reciente, de los 20 modelos de maniquíes disponibles en el mercado global en 2023, solo cinco se anunciaban como femeninos, y de estos, únicamente uno tenía pechos. En general, el 95% de los maniquíes cuentan con un tórax plano, lo que los asocia a cuerpos masculinos.
Asimismo, el estudio destacó que el 65% de los maniquíes disponibles tienen más de un tono de piel, pero solo uno ofrece una representación de cuerpos con mayor volumen. Esta falta de diversidad no prepara adecuadamente a las personas para responder a emergencias en cuerpos reales, diversos y femeninos.
Enfermedades cardiovasculares: la principal amenaza para la salud femenina
Las enfermedades cardiovasculares son la causa número uno de muerte entre las mujeres en el mundo, incluidas enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y paros cardíacos. A pesar de este riesgo, las mujeres que sufren un paro cardíaco fuera del hospital tienen un 10% menos de probabilidades de recibir RCP que los hombres, lo cual disminuye significativamente sus posibilidades de supervivencia.
Incluso cuando las mujeres reciben RCP, sus tasas de supervivencia son menores, y tienen más probabilidades de sufrir daño cerebral debido al retraso en la intervención. Estos datos reflejan una urgencia por atender las disparidades de género en el ámbito de la salud cardiovascular.
Se suele creer que la presencia de senos modifica la forma en cómo se realiza la RCP. Sin embargo, los expertos señalan que la técnica sigue siendo la misma:
- Coloque la base de una mano en el centro del pecho de la persona.
- Coloque la otra mano sobre la primera y entrelace los dedos.
- Presione con fuerza hasta una profundidad de unos 5 cm, manteniendo los brazos rectos.
- Repita las compresiones a un ritmo de 100 a 120 pulsaciones por minuto, utilizando una canción para marcar el ritmo.
Aunque puede ser necesario quitar el sujetador para usar un desfibrilador, esta acción no debe retrasar el inicio de la RCP.
Los investigadores señalan la importancia de introducir maniquíes más inclusivos en el entrenamiento de RCP, incluyendo características femeninas como senos, tonos de piel diversos y cuerpos con distintas complexiones. Además, subrayan la necesidad de educar al público sobre el riesgo elevado que enfrentan las mujeres ante enfermedades cardíacas y la importancia de intervenir sin importar el género.