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lunes, mayo 12, 2025
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¿Todo bien? | Cuando el Estado decide lo que no existe

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Por Itzel Alejandra

Las palabras tienen el poder de crear o desaparecer mundos. En política, nombrar o negar algo no es una acción neutral: es un acto de poder.

En política, las palabras desde el poder borran cuerpos. Una frase dicha desde la esfera oficial no sólo retumba en los micrófonos, también deshace nombres, desdibuja rostros y deja a las madres gritando en el vacío. Así como ocurre en México. En abril de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que en el país “no hay desaparición forzada desde el Estado”. La frase, pronunciada sin espacio para dudas, reveló una estrategia para que lo que duele deje de ser nombrado.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Nacional de Búsqueda, en México hay más de 127 mil personas desaparecidas. Las cifras son el eco de una tragedia continua. Negarlas no borra su existencia, pero reconfigura el campo simbólico donde se disputa la verdad.

Cuando el poder decide qué palabras usar y cuáles evitar, también define qué realidades pueden ser reconocidas. Como advirtió George Orwell (1949), en su novela 1984, quien controla el lenguaje controla la verdad. Y quien controla la verdad, controla el futuro. Al negar la desaparición forzada como práctica estatal, el gobierno busca evadir su responsabilidad. Porque si no hay delito, no hay justicia pendiente.

Pero la verdad no desaparece por decreto. Las madres buscadoras, colectivos y periodistas siguen trazando rutas de memoria. Su trabajo no es sólo excavar la tierra, sino sostener palabras donde el Estado impone silencios.

La negación oficial es también una forma de violencia: borra a las víctimas y mutila el derecho a saber. Es un intento de desaparecer por segunda vez a quienes ya fueron arrancados de sus vidas. La lucha por la verdad es también por el sentido de lo humano. Porque en un país donde todo puede desaparecer, incluso las palabras, mantener la memoria es un acto radical de resistencia. Y recordarlo todo, incluso lo que el poder niega, es una forma de justicia que no se deja gobernar.

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