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jueves, julio 10, 2025
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No me llamen Barby

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Por Gaby Vázquez

Desde el Punta San Telmo, Michoacán, nos llega la noticia que estarán entre nosotros Bárbara y Cosme, una pareja que visitará las costas nayaritas. Cosme, luego de pasar por una fuerte “depresión” tras su estancia en el sureste mexicano, logró sobreponerse y ayer se le vio por Jalisco, actuando de manera atormentada. Bárbara que tiene su origen en Zihuatanejo, Guerrero, llegó a Michoacán tras recorrer ríos y arroyos, sin que alguien pueda detenerla en su propósito de unirse a Cosme, lo que especialistas llaman: el efecto Fujiwhara.

Dicen que, al aproximarse, comenzarán a rotar y desplazarse entre sí, formando una danza que simula la fuerza, el movimiento y el espíritu de ciclones como sucede en la mixteca alta de Oaxaca donde los danzantes del viento piden fertilidad y abundancia en tiempos de lluvia. Estaremos al pendiente de su paso por Jalisco y medir así el carácter de los visitantes porque si uno tiene más fuerza que otro, el dominante ejercerá mayor influencia sobre el débil y podría hasta absorberlo, causando estragos entre la población receptora.

La temperamental y caprichosa Bárbara atraída por el supuesto empoderamiento femenino en México, viene al Pacífico por su cuota tras advertir su posición nominal: “No me llamen Barby”. Es demeritarme y es quitarme el legado” Soy Bárbara, hija de Dióscoro.

Y que, al no ser como él, decidió matarla sin imaginar que un rayo vengador, aniquilaría al padre. Por su parte, Cosme cuyo nombre griego significa: bello y ordenado, tendrá que aplacar esos aires de grandeza y la enjundia de la Bárbara con tres aes. En fin, esperemos que su encuentro en tierras nayaritas, no sea más que un episodio romántico en nuestras costas y que en sus pechos solo se registren ligeras precipitaciones y una lluvia de besos entre la salvaje Bárbara y el metrosexual Cosme.

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