Por Salvador Cosío Gaona
El fantasma de la recesión económica recorre el mundo.
Una recesión es una caída general en la actividad económica de un país, la cual dura varios meses y se ve reflejada en las ventas al mayoreo y al menudeo, y en la producción industrial.
Técnicamente hablando, una recesión se produce cuando se registra una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos.
Actualmente hay una probabilidad de que el principal socio comercial de México se encamine hacia una recesión.
Una recesión se da cuando los agentes económicos -familias y empresas pierden la confianza en el sistema y, luego de un periodo de bonanza económica, dejan de invertir y optan por la acumulación de capital y, por ende, de liquidez.
Por el momento no existen suficientes elementos que confirmen que México esté en recesión; sin embargo, el Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México asegura que, en caso de prevalecer la disminución de la actividad económica y la caída del PIB, México podría registrar un séptimo periodo de recesión en los últimos 40 años.
Es complicado establecer cuánto dura una recesión. Sin embargo, las recesiones que se han registrado tras la Segunda Guerra Mundial tuvieron una duración promedio mayor a 10 meses. La más reciente, es decir, la ocurrida en 2020, duró dos meses.
Si se concreta el escenario de una recesión en Estados Unidos también habría una disminución en la actividad económica nacional.
“En México, 40% del PIB son exportaciones, de la cuales 94% son no petroleras y 80% se dirigen hacia Estados Unidos. Alrededor de 30% del PIB de México depende del crecimiento de EU. De esta forma, si Estados Unidos cae en recesión, México no tiene forma de evadirla.
Lo que se puede hacer para evitar un escenario recesivo, añade la especialista, es generar un motor interno de crecimiento, un mayor gasto público en inversión física que genere un efecto multiplicador -reencarpetando carreteras o construyendo hospitales, entre otras obras-, así como dar mayor certidumbre y propiciar un mejor entorno para hacer negocios.
Moody’s Analytics advirtió que la economía de México podría registrar en 2023 una caída de 1.7% en el PIB, en caso de que Estados Unidos entre en recesión.
México no se ha recuperado de la caída que hubo en la economía de 8.5% en 2020, provocada por el confinamiento que se dio para evitar los contagios de coronavirus.
Por la disminución en la actividad económica cae la demanda, lo que provoca que las empresas reduzcan su oferta, con lo que se ve afectado el empleo y los ingresos de las personas. Con el desempleo viene el malestar de la población que se empobrece.
Si la recesión se prolonga, una de las principales consecuencias es la depresión, es decir, que la economía está en su punto más bajo, estancada, y sin previsión de mejora.
Indicadores económicos de Asia, Europa y Estados Unidos muestran deterioros ante un entorno de alta inflación y encarecimiento de los créditos.
En pocas palabras, son las altísimas tasas de inflación las que hacen que los hogares tengan que pagar más por los bienes y servicios que tienen que comprar, lo que significa que tienen menos para gastar en otros artículos.
Eso supone una reducción de la producción económica, así que es lo que está alimentando la recesión. El aumento de las tasas de interés juega un pequeño papel, en realidad es la mayor inflación.
La actividad empresarial del sector privado estadounidense se contrajo por segundo mes consecutivo en agosto y es la más débil de los últimos 18 meses, con especial debilidad en el sector de los servicios.
Según una encuesta realizada por Reuters, hay un 45% de posibilidades de que haya una recesión en Estados Unidos dentro de un año, y un 50% en dos, aunque la mayoría de los economistas opinan que será breve y poco profunda.
La historia es similar en la zona del euro, donde la crisis del costo de la vida hizo que los clientes mantuvieran el dinero en los bolsillos y la actividad empresarial en todo el bloque se contrajo por segundo mes consecutivo.
Los sombríos datos situaron al euro en el nivel más bajo de los últimos 20 años frente al dólar, y el aumento del precio del gas se sumó a las penurias que arrastran a Europa hacia la recesión.
En Gran Bretaña, fuera de la Unión Europea, el crecimiento del sector privado se desaceleró al caer la producción de las fábricas y el sector de los servicios, de mayor tamaño, sólo experimentó una modesta expansión, lo que indica que se avecina una recesión.
En Japón, el crecimiento de las fábricas se redujo a su nivel más bajo en 19 meses, ya que se acentuó el descenso de la producción y de los nuevos pedidos, mientras que el índice compuesto de gestores de compras de Australia cayó por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
La inflación ha alcanzado máximos de varias décadas en muchas partes del mundo, lo que ha obligado a los bancos centrales a endurecer su política monetaria, ya que su mandato es mantener la estabilidad de los precios.
La Reserva Federal ha subido su tasa de interés de referencia a un día en 2.25 puntos porcentuales este año, para intentar frenar la mayor inflación en décadas, y se espera que vuelva a subirla el mes que viene, según un sondeo de Reuters realizado el lunes.
Sin embargo, a pesar de esa política agresiva, es probable que la inflación se mantenga por encima del objetivo de la Fed este año y el próximo.
El mes pasado, el Banco de Canadá sorprendió a los mercados con un aumento de 100 puntos básicos de su tasa de interés clave, mayor de lo esperado, y dijo que serían necesarias más subidas.
El Banco Central Europeo, que durante años ha tenido dificultades para conseguir una inflación significativa, pero que ahora se enfrenta a una muy por encima del objetivo, inició su ciclo de subidas de tasas en julio, elevándolos más de lo esperado, y un sondeo de Reuters prevé que continuará en su senda de endurecimiento.
El Banco de Inglaterra fue uno de los primeros de entre sus pares en subir los costos de los préstamos y se espera que siga haciéndolo, aunque ha advertido que el país se enfrenta a una larga recesión, ya que se espera que las facturas de la energía eleven la inflación de los precios al consumo sobre el 13% en octubre.
Los pesos pesados de la banca central, incluido el presidente de la Fed, Jerome Powell, se reúnen esta semana para su simposio anual en Jackson Hole, y podrían arrojar luz sobre la magnitud de las futuras subidas de tasas y la fortaleza de sus economías.La recesión económica 2022 en México está cada vez más cerca, por eso es necesario que las familias del país se prevengan y cuiden su dinero, pues si con la inflación la vida se complicó, el periodo que se viene es de suma atención, por eso, es necesario entender lo que se nos viene encima, tú sabes qué es la recesión y cómo te afecta, y mejor aún, ¿qué puedes hacer al respecto?
De acuerdo con el Banco de México (Banxico), una recesión económica es una situación donde “convergen o acumulan factores que propician la expansión, continuación o estancamiento de la actividad económica”, y durante un periodo, generalmente de dos trimestres consecutivos, aumenta el desempleo y precios de productos.
Lo anterior también provoca que las actividades financieras y de consumo disminuyan, pues el poder adquisitivo de las personas registra niveles más bajos, de hecho, cifras del Banco Mundial estiman que en América Latina y el Caribe se pronostica que el crecimiento se desacelerará al 2.5% en 2022 y 1.9% en 2023, y a nivel mundial, entre los mercados emergentes y economías en desarrollo se prevé una caída del crecimiento del 3.4% para este año.
@salvadorcosio1