Peloteo | Maestro de la lente

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Por Heriberto Murrieta

Me salgo por hoy de los temas deportivos para platicarles sobre un personaje extraordinario de la fotografía mexicana: Tufic Yazbek.

Antes de cortarse el pelo color trigo en capas, convertirse en símbolo sexual, arrancarnos suspiros, formar parte de los Ángeles de Charlie y casarse con Lee Majors (El Hombre Nuclear), Farrah Fawcett viajó a la Ciudad de México exclusivamente para posar frente a la lente de Tufic Yazbek en su estudio de la colonia Del Valle. La Rubia que todos quieren, rezaba el slogan aspiracional de la cerveza Superior.

Pero más que hablar de la hermosa güera de la dentadura perfecta, quisiera referirme a la impecable exposición del maestro Yazbek en el Centro de la Imagen de La Ciudadela en el Centro Histórico capitalino.

Papá de mi querido amigo del mismo nombre, tuve la fortuna de tratarlo, incluso comí con él algunas veces en la casa de muros redondeados de la calle de Ángel Urraza. Lo recuerdo perfectamente con su trato afable y su pelo blanco y ondulado. Su muerte nos tomó por sorpresa en 1979. Se había infartado en el campo de golf de Avándaro a los 62 años de edad. Nos sacaron de la escuela, nos treparon a una Combi y nos llevaron a la agencia funeraria Gayosso de Félix Cuevas. Ahí estaba Tuf, desconcertado y frágil, ante la repentina pérdida de su padre.

En la labor fotográfica del tampiqueño Tufic Yazbek Nader confluyen el perfeccionismo, el arte, la precisión en el encuadre y una enorme creatividad. Cada foto tiene una intención, su intención. Se especializó en el retrato y la imagen publicitaria. Supo captar los rasgos más característicos y la personalidad de las estrellas de su tiempo como María Félix y Dolores del Río. Años después, volcado ya en tarea de la publicidad, pasó horas enteras iluminando con esmero productos diversos para presentarlos al consumidor en su mejor versión dentro de campañas inolvidables de fuerte impacto popular. Sobrepuso fondos con distintos paisajes para crear las atmósferas ideales para cada anuncio, en un sistema conocido como “front projection”.

Las fotos de Yazbek son verdaderas crónicas de un México que ya se fue. Su modelo y musa de cabecera fue la etérea Zaida, su esposa, que aparece en muchas de sus creaciones. Tufic era tío de Mauricio Ferez Yazbek, mejor conocido como Mauricio Garcés, el excepcional comediante que no debió sufrir una transformación frente a las cámaras: era el conquistador por naturaleza, el hombre de ciudad preocupado por su apariencia, el Clark Gable mexicano que las mujeres estaban esperando.  

Llevados por el amor y la admiración, mis queridos amigos Sergio y Mariana, que también se aliaron con la cámara, realizaron una labor titánica para rescatar y revelar los primeros materiales de su padre, que reflejan situaciones cotidianas.

Cerros de negativos representaron un feliz descubrimiento y un descomunal reto. Asimismo, seleccionaron con gran tino la obra que colocó a Yazbek como un referente indispensable de la fotografía del Siglo XX. 

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