A la muy grata memoria del querido periodista Luis Martín Sánchez Íñiguez, cerrando filas con su familia, con sus amigos.

Por Ernesto Acero C.

La Fiscalía General del Estado en Nayarit, ha recuperado la confianza ciudadana. No ha sido sencillo lograr tal propósito si consideramos lo ocurrido en el pasado relativamente reciente. Se han debido sumar las fuerzas desde el Poder Ejecutivo y desde el Poder Judicial para lograr que los ciudadanos confíen de nuevo en la ruta de la institucionalidad.

Existe un proceso de recuperación de la confianza ciudadana y de reconstrucción de la vida institucional. Nombres clave en este proceso son el del Gobernador del Estado Miguel Ángel Navarro Quintero: con su voluntad política, la corrupción no pasa.

El papel de Rocío Esther González García, ha sido clave en todo momento, durante su paso por la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia; ahora sigue en la línea de batalla al frente de la Secretaría General de Gobierno.

En ese plano se encuentra también el nombre del Fiscal General, Petronilo Díaz-Ponce Medrano y su equipo con altos niveles de preparación profesional y de compromiso derivado de sólidas convicciones.

Recuperar la confianza ciudadana. Reconstruir las bases institucionales de la Fiscalía. Sumar experiencia y modernidad para actuar con precisión, certidumbre y credibilidad. Todo eso y más, se ha debido reconstruir desde sus cimientos, desde menos cero.

Son enormes las tareas que se deben realizar. Casi como lavar los establos de Augías. Ejemplos de estas tareas hay de sobra. Una de las más trágicos y lamentables encargos se relaciona con la violencia extrema que ya se vivió en Nayarit en una nefasta época. En los tiempos más recientes se han localizado restos humanos en diferentes lugares del estado. Eso nos recuerda que la violencia acompañada por la impunidad, cobró la vida de un sinnúmero de personas. Esta historia trágica y de terror, aún no concluye.

Esta es, quizá, la peor versión de ese pasado del que ahora se limpia la Fiscalía. Muy grave que el poder público se haya puesto al servicio de intereses privados, sea cual fuere su origen.

La misma Fiscalía ha debido atender y entrar en proceso de robustecimiento de su compromiso con la sociedad nayarita. Para tal propósito, ha generado protocolos específicos con el objeto de atender los casos de violencia de género y para proceder con perspectiva de género, en los casos de violencia contra mujeres, niños y adolescentes.

Debemos recordar qué desde el mes de agosto de 2017, fue declarada la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres para varios municipios. Los lugares en donde se mantiene vigente la alerta son, Acaponeta, Bahía de Banderas, Del Nayar, Ixtlán del Río, Santiago Ixcuintla, Tecuala y Tepic. Llama la atención, dada la presencia predominante de población indígena, que en Del Nayar, en La Yesca y en Huajicori, se hayan establecido acciones específicas.

Puede ser que la alerta aparentemente afecte solo una parte del territorio del estado. No obstante, si traducimos el indicador cuantitativo a uno relativo, nos daremos cuenta de que la alerta afecta demográficamente a casi un 72 por ciento de los habitantes. Ese porcentaje nos puede llevar a concluir que el fenómeno nos afecta directa o indirectamente, a todos.

En la misma secuencia de asunción plena de responsabilidades y facultades, la Fiscalía se ha convertido en pieza clave en la lucha contra la corrupción. De esa manera se ha dado activado los mecanismos para que el gobierno del estado inicie los procesos para recuperar el patrimonio del estado.

Los vaquetones andan a salto de mata. Esos vaquetones traicionaron la confianza que el pueblo depositó en ellos, “haiga sido como haiga sido”. Esos vaquetones cargan con alforjas retacadas de dinero mal habido. Esos vaquetones se enriquecieron en el buen nombre de la política, a la que convirtieron en politiquería. Esos vaquetones ahora se toparon con la determinación de un gobernante intolerante ante la corrupción, ante un Gobernador intransigente ante los privilegios mal habidos de unos cuantos, que sacrifican los derechos sociales de la mayoría.

La representación social ha entrado a una nueva era en Nayarit. No hay necesidad, ni de marchas ni de plantones para que la Fiscalía actúe.

Cuando las marchas y los plantones se necesitaban, no había ni marchas ni marchitas, ni plantones ni plantitas. Ahora buscan bajo el farol lo que perdieron en la obscuridad.

No obstante, son bienvenidas todas las formas de manifestación o expresión de las ideas. Son libres de expresar y descubrir sus mezquinos intereses.

En este último orden de ideas, es necesario hacer precisiones. La Fiscalía no actúa por consigna o por motivos políticos. En Nayarit no hay perseguidos políticos; lo que hay son politicastros y politiqueros perseguidos por haber actuado como sinvergüenzas.

Hay plantones y manifestaciones para mostrar una supuesta fuerza y apoyo popular. No obstante, ese tipo de acciones deben ser tratadas con tolerancia, aunque sean movidas por mezquinos intereses personales o pandilleriles.

Quienes confiamos en la Fiscalía, no necesitamos hacer manifestaciones para que actúe. La Fiscalía actúa sujeta a protocolos y en apego a la ley con alto sentido de justicia. No hay necesidad de ejercer presión para que actúe una Fiscalía que actúa de manera pronta y expedita. No hay necesidad de hacer disparos al aire, excepto si existe de trasfondo un perverso mensaje anti gobierno.

Es ridículo bailar la danza de la lluvia en plena tormenta. Si bailan bajo la tormenta es porque se quieren mojar en balde o porque quieren llamar la atención. La gente sana, honesta, se resguarda de la lluvia y no baila en plena tormenta.

Es verdad y no es sencillo atreverse a decirlo, dado lo que en Nayarit hemos vivido: podemos confiar en la Fiscalía. Ya podemos confiar. Antes no.

Cierto, también, que nada está dado para siempre. Los males tienen su límite, y los bienes, también. En ese proceso de restauración institucional, no se puede bajar la guardia. Confiar en las instituciones exige compromiso permanente.

Sí contundente, fuerte y claro: las instituciones en Nayarit están en proceso de reconstrucción. En Nayarit existe liderazgo, hay voluntad política y vocación democrática. La transformación está en marcha. Apenas inicia. Confiemos, confiemos sin ingenuidades.

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