Por Gerardo Algarín*

Decía mi mamá que se dio cuenta que aprendí a leer porque un día me vio sentado en el baño con el periódico. En aquella Guadalajara donde viví mi infancia aprendí el gusto por leer el diario en las mañanas, en casa se tenía suscripción a El Occidental.

Cuando descubrí el placer que daba la combinación de tomar café y leer el periódico ¡ya no hubo marcha atrás!, se convertiría en un gusto que hasta hoy disfruto mucho.

El olor a la tinta fresca, la textura del papel, el hojear un ejemplar por la mañana es una experiencia única, que tristemente ya pocas veces puedo hacer en físico, ahora es un iPad lleno de información, periódicos de mi ciudad, el país y uno que otro extranjero. Mi gusto me llevó a pagar algunas suscripciones de diarios y un servicio de revistas digitales.

Aquí en Tepic, mi mamá tenía la costumbre de pedirme la llevara a los portales a comprar periódicos y revistas cada que se podía, sobre todo en fin de semana, ya que a ella le gustaban los suplementos de ocio que acompañaban las ediciones de los viernes, a esos viajes se unía mi novia, luego esposa, quien era ávida lectora de revistas, y era una deleite entrar al local de Aurora…

Con repisas llenas de diarios locales y nacionales, y la sección de revistas, un sector más especializado, salíamos de ahí con algo para todos, periódicos, revistas, quizá un cuento y ya entrados en gastos, algún mazapán o borrachito, artículos que acompañan casi siempre a ese tipo de negocios.

Aún recuerdo el olor del papel de ese local, recuerdo la imagen de Aurora sentada atendiendo y sus clientes buscando algo que leer, información y entretenimiento, de esos que ya casi no hay.

Gracias Aurora, descansa en paz.

……….

*Comunicador

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí