El título de El País es de colección: Dulce María Sauri, sobre el futuro del PRI: “Por lo menos que nuestro féretro esté envuelto en la bandera nacional”. No merece ese texto un chistorete, que es a lo que nos está acostumbrando la cultura del meme como análisis instantáneo de todo lo que se nos ponga enfrente: política, moral, religión, deporte. Padres biológicos de Morena, PRD y PRI merecen un funeral a la altura de sus contribuciones al México presente. No pidamos al PRI una longevidad imposible proponiéndole la refundación para seguir vivo. Su mejor lugar será la Rotonda de los Partidos Ilustres, donde un día (nada es eterno) su hijo parricida reposará a su lado. Dad a cada uno una bandera en su tumba, que polvo somos y en polvo nos convertiremos.