Breverías | Huir hacia dentro

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Los pericos de Islas Marías son capaces de mantener una conversación en buen español si se les educa desde muy pequeños. De venta prohibida, alcanzaban precios altísimos. La Gallina, un prisionero que había perdido la cuenta de sus sentencias, vendía a los marinos pericos falsificados. Cuando se daban cuenta del fraude, lo buscaban para encerrarlo en la prisión de las fuerzas armadas. Entonces huía. No al mar, para el que le faltaban fuerzas. Huía hacia dentro, a los cerros, donde comía frutos y raíces. Los policías destacamentados para su captura esperaban jugando baraja a que La Gallina se entregara por su propia voluntad, una o dos semanas después, vencido por el hambre y la soledad. Cuando oye Iyali la historia me dice que todos llevamos nuestra Gallina dentro. “Huimos al sitio equivocado”, aclara.

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