Por Christian Langarica*
La comunicadora Elisa Sánchez me dijo una vez que a los políticos, pero a los de alto nivel, asistentes les planchaban el periódico antes de entregárselos para que el empoderado lo leyera. Creí que bromeaba, cuando seria insistió, creí que era una exageración… “Es para que sus dedos no se llenen de tinta porque aún estaba fresca”, me explicó.
Hoy los periódicos siguen siendo un elemento presente, son un medio que se adaptó o complementó con las apps y las páginas web, como la radio, caso contrario a las revistas… Esas sí van desapareciendo, como la televisión. La modernidad cobijó a radio y a periódicos, pero no dio lugar a la mágica TV y a las revistas…
Vivimos tiempos rápidos y prácticos, pero sin esa magia que encontrabas y hasta podías oler, en el local de Aurora en los portales. Su negocio siempre estaba lleno de revistas, de periódicos, de suplementos. Ahí pude comprar Sensacional de Luchas, de editorial Ejea, Teleguía, Conozca Más, Quest, Kaliman, Fantomas, de editorial Novaro, y por supuesto Clásicos Ilustrados. Las revistas con su aroma, con sus colores, sus fotos o dibujos y su sensación al tacto garantizaban lo que hoy hace por nosotros Tiktok o Facebook, hacer que la espera en un hospital u oficina pública sea menos tortuosa.
Murió Aurora, una de las voceadoras más conocidas del Tepic que ya no es, un personaje que los jóvenes no conocen porque no disfrutaron lo que a ella le permitió subsistir y sin saberlo, trascender y volverse un símbolo. Los jóvenes ya no respiraron las revistas.
Hoy en estas páginas se escribe sobe Aurora, quien ya estuvo en la portada de Meridiano, periódico que también vendió durante muchos años.
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*Conductor del noticiario radiofónico En Punto